Así lo dijeron en la conferencia Goldschmidt de Geoquímica científicos del Goddard Space Flight Centre de la NASA, en la que explicaron que esta decisión se ha tomado después de las pruebas realizadas con inteligencia artificial que han sido capaces de identificar en rocas distintos rasgos distintivos de vida.
Los primeros resultados de este trabajo muestran cómo el sistema puede identificar mediante un algoritmo estas características con un 94% de acierto, algo que esperan mejorar para 2023, año en que el sistema debutará de manera parcial en la misión de exploración marciana ExoMars y tras lo que será implementado al completo en futuras misiones.
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“Este es un paso visionario en la exploración espacial. Significa que con el tiempo nos hemos movido de la idea de que los humanos estén implicados con todo en el espacio a la idea de que los ordenadores estén equipados con sistemas inteligentes y que estos estén entrenados para tomar decisiones y transmitirlas priorizando”, dijo Victoria Da Poian, líder de este equipo investigador de la NASA.
Y es que los investigadores del Goddard Space Flight Centre han entrenado a la inteligencia artificial para que sea capaz de analizar cientos de muestras de roca mediante el sistema Analizador de Moléculas Orgánicas de Marte (MOMA), una herramienta que se incorporará en el róver de la ExoMars de 2023, el Rosalind Franklin.
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El MOMA es una herramienta capaz de estudiar e identificar moléculas orgánicas en rocas, lo que permitirá buscar signos de vida pasada o presente en Marte.
A pesar de su autonomía, los investigadores han explicado que el róver Rosalind Franklin continuará enviando información a la Tierra.
Los científicos resaltaron que el avance presentado este jueves será muy útil en el futuro, cuando se exploren las lunas de Júpiter, como Europa, o Saturno, como Enceladus y Titán, pues entonces se necesitará que las decisiones se tomen en el lugar y al momento.
Con la tecnología actual esto no es posible, ya que desde esos lugares las transmisiones podrían tardar hasta siete horas en llegar a la Tierra.