“Aterrizaje confirmado”... “Muestreo terminado”, anunció la agencia espacial durante la retransmisión en directo de las operaciones, arrancando una ovación entre el equipo al terminar esta intervención de algunos segundos, que llega más de cuatro años después del lanzamiento de la sonda.
“Todo fue perfectamente”, explicó minutos más tarde el jefe de la misión, Dante Lauretta, tomado por la emoción.
“Escribimos una página de la historia esta tarde”, añadió.
Tras arrojar nitrógeno comprimido a la superficie de Bennu, el brazo de la sonda debía recoger las partículas de menos de 2 centímetros de diámetro levantadas por el impulso. El objetivo era acumular al menos 60 gramos durante esos pocos segundos, lo que sería la mayor muestra extraterrestre recogida desde las misiones lunares Apolo.
Pero la masa exacta de la muestra no se conocerá hasta sábado.
Hasta ahora, Osiris-Rex solo ha podido enviar mensajes de confirmación, pero ninguna imagen: la sonda apenas podrá hacerlo en la noche del martes al miércoles, en cuanto regrese a su órbita y se encuentre a distancia segura del asteroide, tras cargar las baterías.
En las próximas horas y días, enviará numerosos datos e imágenes que darán una estimación del resultado de la toma de muestras.
Existe la posibilidad de que el brazo de la sonda no se haya podido posar sobre una superficie plana y aspirar el polvo, por ejemplo si ha caído sobre una gran roca.
En caso de fracaso, se podría decidir hacer un nuevo intento, en otro punto, en enero.
En marzo de 2021, Osiris-Rex comenzará su largo viaje de regreso hacia la Tierra. Está previsto que suelte el contenedor que lleva las muestras con un aterrizaje en el desierto de Utah (suroeste de Estados Unidos), ralentizado por un paracaídas, el 24 de setiembre de 2023.