En una teleconferencia ofrecida este martes, los directivos de la agencia aeroespacial estadounidense y de Boeing manifestaron que se mantiene en pie el lanzamiento desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida (EEUU), de un cohete Atlas V con la cápsula Starliner en su cúspide para las 18:54 hora local (22:54 GMT), de ese día.
La vicepresidenta de Boeing Space and Launch, Michelle Parker, señaló que los equipos han trabajado de manera exhaustiva para resolver el problema que se presentó en las válvulas del sistema de propulsión de la nave y que fue la causa del aplazamiento de la misión OFT-2 en agosto de 2021.
Tanto Parker como Mark Nappi, vicepresidente y gerente del programa CST-100 Starliner de Boeing, explicaron que se ha implementado un nuevo módulo de servicio y se han mejorado las válvulas para evitar que sean afectadas por la humedad, la razón en el anterior intento de los fallos en 13 del total de 64 válvulas de la Starliner.
A su turno, Steve Stich, gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, señaló que la agencia considera “cerrado” el problema de las válvulas, mientras que Kathryn Lueders, administradora de la Dirección de Misiones de Operaciones Espaciales de la agencia estadounidense, se mostró orgullosa del trabajo en equipo para poder poner en órbita esta “emblemática” misión.
La cápsula Starliner de Boeing, de unos 5 metros de altura y con capacidad para una tripulación de hasta siete personas, cruzará la atmósfera terrestre con ayuda de un cohete Atlas V, de 52 metros de alto y construido por el consorcio privado United Launch Alliance (ULA), del que Boeing también forma parte.
Será la segunda misión para esta nave, tras un intento sin éxito en 2019, que regresará del laboratorio orbital con unas 600 libras (272 kilos) de material científico, según informó hoy el gerente del programa de la EEI de la NASA, Joel Montalbano.
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A una pregunta de si existe un mecanismo para cancelar el contrato que la NASA tiene con la compañía privada, Stich señaló que no hay necesidad de ejercerlo.
“Sospecho que aprenderemos en el vuelo de prueba, volaremos el vuelo tripulado y luego volaremos las misiones posteriores”, señaló.
Al igual que SpaceX, la firma del multimillonario Elon Musk, Boeing tiene un contrato de más de 4.200 millones de dólares con la NASA para encargarse del traslado de ida y vuelta de astronautas y equipos a la estación espacial despegando desde suelo estadounidense.
Tras la misión de este mes, la firma espera poder cumplir hacia fines de este año con su primera misión tripulada a la EEI, para luego efectuar otras tres misiones en fechas no determinadas y que son parte de su compromiso contractual con la NASA.
En el trayecto del año pasado, la cápsula debía haber llegado a la EEI con más de 400 libras (181 kilos) de carga, y a su vuelta traer más de 550 libras (249 kilos), incluyendo parte del sistema de tanques recargables de oxígeno que proporciona aire respirable a los ocupantes de la estación.