Por Clara Gómez Alvarenga
Cada país festeja el 25 de diciembre de acuerdo a su idiosincrasia, a su tradición y a su cultura. Celebrar Navidad en Estados Unidos o España no es lo mismo que hacerlo en la tierra de los guaraníes.
Este año nuevamente el espíritu navideño invade todos los rincones del territorio paraguayo trayendo esperanza a través de los conciertos de villancicos, pesebres vivientes, campañas de solidaridad, concursos y espectáculos varios.
Jesús, María y José son las figuras principales del pesebre nacional, al igual que los tres reyes magos, el gallo, el burro, las ovejitas, la vaca y los camellos, infaltables en el pequeño establo representativo de aquel momento de Gloria para todos los católicos.
La estrella de Belén, las girnaldas también son parte del decorativo navideño que con su presencia en el pesebre matizan el festejo de la Noche Buena.
Asimismo, en Navidad las familias paraguayas ponen la flor de coco, que con su olor aromatiza el hogar y dan una sensación de armonía. El melon, la sandia, y otras frutas puestas en el pesebre navideño complementan la tradición nacional cada vez que llega diciembre.
Igualmente para conmemorar el nacimiento del niño Jesús, varias organizaciones y fundaciones asentadas en este país cada año ofrecen al pueblo paraguayo una amplia agenda de actividades que, una vez más, hizo revivir la historia de Jesús de Nazaret.