Es fácil localizar en lo alto de una colina de Astoria la pequeña casa blanca de los protagonistas de la película, Mickey (Sean Astin) y Brand (Josh Brolin), famosa por sus artilugios tecnológicos que abrían su entrada o por ser el lugar donde encontraron el famoso mapa del tesoro del pirata “Willy el tuerto”.
A día de hoy, la casa amanece a diario con incondicionales de la película sentados en su porche y mirando hacia el interior a través de sus ventanas desde primera hora del día.
Su propietaria desde 2001, Sandi Preston ha manifestado a medios locales que en ocasiones se ha sentido “acosada” por más de 1.000 fanáticos al día desde que en 2005 se celebrase el 30 aniversario de la película y su casa pasara a ser “oficialmente parte de la historia de la cultura pop”.
El vecindario que da vida a la historia ideada por el director de cine Steven Spielberg, guionista y productor ejecutivo de la cinta, y que en la película se veía amenazado por la construcción de un campo de golf, lidia ahora con otro tipo de presión y busca ponerle freno a través de normativas locales que dificulten la acumulación de personas y autos en la zona.
Arline LaMear, presidenta de la Cámara de Comercio de Astoria, comenta a Efe que están “muy orgullosos de las películas que se han hecho en Astoria”.
Los Goonies ha sido siempre abrazada como un atractivo turístico, pero se nos ha ido de las manos”, dice. “Aunque en la web informamos de que el sitio está cerrado para los visitantes, los fanáticos siguen llegando. Por ello, la ciudad ha impuesto desde el pasado 15 de octubre multas por estacionamiento ilegal de USD 25 a USD 100".
El objetivo, explica LaMear, es intentar “ayudar a los residentes” ante la masiva afluencia de curiosos y nostálgicos a Astoria, donde también se rodaron Kindergarten Cop (1990), con Arnold Schwarzenegger, y Free Willy (1993).
Esta pesadilla que representan para los vecinos los “buscadores de nostalgia” es común en otras ciudades como San Francisco, donde la polémica surge en torno a la casa familiar del clan televisivo Tanner, de la exitosa serie de los 90 Full House, cuya nueva versión forma parte de la oferta actual de Netflix.
El productor del programa Jeff Franklin compró la casa por USD 4 millones cuando se puso a la venta en 2016 y expuso el tema de las redes sociales como un detonante de la “multiplicación del número de visitantes”.
Las redes sociales vuelven virales lugares para hacerse una foto para recordar y compartir, cosa que conocen bien los barrios de Beachwood Canyon y Hollywoodland, que lindan con el famoso cartel de Hollywood en Los Ángeles, pues las más de 40 empresas que pasean durante todo el día a los visitantes les tienen hartos.
Programas de televisión como The Hills han llevado a sus vecinos el drama a la vida real, por los estragos de las fiestas, los curiosos y los periodistas de la prensa rosa.
Cuando Lauren Conrad, de 22 años de edad, se mudó con sus amigas Audrina Patridge y Lauren Bosworth junto al equipo de producción del canal MTV, comenzó la pesadilla para los vecinos.
Un total de 30 residentes llegaron a firmar una petición que exigía que la ciudad revocara el permiso de rodaje, denunciando que los trabajadores de producción servían comida a los paparazzi y les colocaron un baño portátil frente a sus casas.
Pero no solo el cine o la televisión crea estos fenómenos, claro ejemplo es el calvario por el que pasan los vecinos de las antiguas casas de los Beatles en Liverpool, que no encuentran solución al ser una de las fuentes económicas de la ciudad.
Una auténtica película para los que viven cerca de estas propiedades, que tendrán que vivir con la idea de que los mitos nunca terminan de irse del lugar.