26 dic. 2024

La nueva inteligencia empresarial

Recién graduado de máster en negocios fue contratado para un cargo de alta responsabilidad. Su título de ingeniero y una experiencia diversa en empresas de gran porte le otorgaban el perfil ideal para impulsar el desarrollo que la empresa necesitaba. Todo parecía estar en su lugar cuando me invita a una conversación profesional y me dice: “Tengo que hablarte desde acá”, poniéndose las manos en el pecho. “En esta empresa están dadas todas las condiciones para el trabajo que tengo que hacer. Hay ganas de parte de los dueños que no escatiman las inversiones necesarias, hay mercado ávido de nuestros productos, tenemos el mejor know how y ya somos conocidos”.

Con este gesto mi interlocutor me indicaba que el CV académico y la experiencia laboral no le aportaban lo suficiente para ser el líder eficiente. Aunque comprendía que para hacer realidad todo el potencial que tenía entre manos le hacía falta entender y gestionar las emociones en el trabajo, las suyas y las de las demás, esta conversación se planteaba conmigo como “sicóloga”, a puertas cerradas, y en un tono de secretismo, como si hablar de emociones no fuera lo más adecuado para ese ambiente. “Me paso el tiempo gestionando conflictos, sentimientos y reacciones, la gente necesita sentirse estimulada y emocionarse con su trabajo y me cuesta dedicarle tiempo a eso, quieren que esté en cada momento de logros celebrando con ellos, la fórmula del liderazgo centrado en resultados solamente no prendió”.

“Es que la realidad te está demandando que saques a la luz una nueva inteligencia”, le dije. “La inteligencia emocional o sea la capacidad de reconocer, entender y gestionar emociones en el trabajo, y como vos mismo ya te diste cuenta sin esta capacidad no hay liderazgo hoy en día. La gente tiende a buscar el bienestar emocional en el trabajo, y es gracias a ese lado humano profesional que se hace toda la diferencia”.

La fórmula de la inteligencia empresarial más efectiva hoy es la que suma el compromiso a las causas que les hacen sentido a los colaboradores y a los clientes. El compromiso es un estado emocional de enganche con aquello de lo que me siento parte… “Es mi palo, me hallo”, y las causas son esas cosas pequeñas, medianas o grandes con las que se identifican para sentir que hacen algo para la construcción de un mundo mejor al elegir lo que van a adquirir y/o las organizaciones en las que van a trabajar. Son esas cosas que les dan ganas, rabia, indignación, ternura, desafíos, con las que vibran. Ese ambiente que “si el lugar donde trabajo tiene, me tiene”. Por eso, todo el tiempo que te tomes para facilitar y canalizar la expresión de sentimientos y emociones, será el tiempo de liderazgo mejor invertido.


La fórmula de la inteligencia empresarial más efectiva hoy es la que suma el compromiso a las causas que les hacen sentido a los colaboradores y a los clientes.

Socia de ADEC.
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