“Esta no es una crisis que los bancos centrales puedan salvar”, subrayó la economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Laurence Boone, en la presentación este lunes de sus previsiones intermedias.
Boone insistió en la importancia de asegurar la liquidez de los mercados para que a los problemas de la epidemia no se añada una crisis financiera. Pero destacó que no basta con lo que los bancos centrales puedan hacer en ese terreno.
La organización estima que medidas macroeconómicas de apoyo de la actividad contribuirían al restablecimiento de la confianza y de la demanda cuando haya una remisión del Covid-19.
En su escenario de base en el que el pico de la epidemia se alcanzaría en China durante este trimestre y en otras partes del mundo su propagación sería más moderada, la economía global crecerá este año un 2,4%, cinco décimas menos de lo que había estimado en noviembre.
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Pero el impacto del coronavirus podría reducir ese crecimiento a la mitad en 2020, en otro escenario más adverso, de forma que quedaría en el 1,5%, y tanto Europa como Japón podrían caer en recesión.
Según Boone, los sectores más afectados son los relacionados con los viajes de negocios y de estudiantes, el equipamiento informático, el automóvil, el farmacéutico, las actividades de ocio, la educación, así como todo lo relacionado con los eventos colectivos.
La expansión del coronavirus se está acelerando en las últimas horas, sobre todo en Europa.