De los fallecidos, 272 eran niños, mientras que entre los heridos civiles cerca del 10% eran menores, indicó el organismo, que hace un seguimiento del número de víctimas entre la población desde el primer día de la guerra.
No obstante, el propio organismo de la ONU, que dirige la alta comisionada Michelle Bachelet, reconoce que sus cifras no reflejan el verdadero impacto de la guerra en la vida e integridad física de los civiles debido a que es muy difícil recabar información en zonas donde las hostilidades son intensas, como en el este del país.
Esta situación concierne en particular a las ciudades de Mariúpol (región de Donetsk), Izium (región de Járkov) y Popasna (región de Lugansk), donde se han informado de numerosas víctimas civiles.
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Asimismo, la Oficina de Derechos Humanos solo reporta los casos que ha podido corroborar, pero tiene muchos otros casos cuya verificación está en curso.
Según las informaciones recogidas, la mayoría de civiles recibieron el impacto de armamento explosivo, incluidos tiros de artillería pesada y lanzamisiles, así como bombardeos aéreos.