25 abr. 2025

La opinión pública madura gracias al buen periodismo

Caricatura verseada

Comete grandes errores

a su paso el periodismo,

en tantas partes del mundo,

allende el mar y aquí mismo.

En la pugna de opiniones

no faltan el egoísmo

ni las manipulaciones

como tampoco el yoísmo.

Y se le ve siempre listo

al astuto oportunismo

o a la ceguera o sordera

de quien se endiosa a sí mismo.

Afirma cosas a veces

con sofisma o con simplismo

y, creyendo estar al frente,

ignora su anacronismo.

Pero en el diario marasmo

que permite el pluralismo

también existe una prensa

no ajena a cierto heroísmo.

Digna de elogio, por cierto,

cuando, con inconformismo,

cuestiona, denuncia y dice

lo que debe, sin mutismo.

Por ejemplo, la intención

de Bajac, con su fallismo

tramposo, salió a la luz

gracias al buen periodismo.

La gente leyó, escuchó

sin sordera ni estrabismo,

y comenzó a presionar

a la par que el periodismo.

Bajac abría la puerta

a nulidad o nulismo

a pruebas de corrupción

de coimas y otros perlismos.

Protestas de oenegés

sacudieron el mutismo

y presentaron denuncias

los del patriaqueridismo.

El resultado ya está:

se llegó a un revisionismo

que no le dio alternativas

al ministro en su arterismo.

Se vio forzado Bajac

a rever su mentirismo

y la gente ya está alerta

gracias al buen periodismo.