Darío Cabrera (35) siempre recibe reclamos de su abuela de 92 años porque no la visita con frecuencia, como antes. Ella está encamada hace años a causa de las enfermedades crónicas. Vive encerrada en su pieza, debido a la pandemia, alejada del entorno familiar, una situación similar que viven otros adultos mayores que forman parte del grupo de riesgo. Ella se siente sola. También, miles de personas de la tercera edad en el país.
En tiempos de pandemia, la soledad afecta no solo a los adultos mayores, también a los jóvenes, que sobreviven en medio del confinamiento y el distanciamiento social que se instaló de manera abrupta a causa del coronavirus (Covid-19). Al sentimiento de soledad, se le suman los cuadros de ansiedad, estrés, depresión, abusos de sustancias, trastornos de la personalidad en crisis y otras enfermedades que se incrementaron o se recrudecieron durante la pandemia. SIQUIATRÍA NO PARÓ “Siquiatría es la especialidad que no paró. Aparte de los médicos de urgencias (que forman parte de la primera fila contra el coronavirus), entre todas las especialidades médicas que se cerraron, siquiatría es justamente todo lo contrario. La cantidad de pacientes aumentó exponencialmente”, comentó el doctor Julio Torales, jefe del Servicio de Siquiatría del Hospital de Clínicas El miedo a la infección y la incertidumbre económica (por la duración de la cuarentena, por la falta de esperanza hacia el futuro, por el miedo) dispararon la cantidad de consultas en el servicio de Siquiatría del Hospital de Clínicas. CUIDÁ TU MENTE La soledad es uno de los sentimientos que se recrudecieron con el aislamiento social. “En la mayoría de las personas, la soledad no es positiva, es un factor de riesgo para todos los trastornos mentales. No estoy hablando de pareja solamente. El ser humano no está preparado para vivir solo o para estar solo”, sostiene el doctor Torales. Pero –destacó– que hay personas que disfrutan de su soledad, porque así son los rasgos de su personalidad, pero hay excepciones, y eso se demuestra con la pandemia. El siquiatra aclara que el sentimiento de soledad afecta a todos los rangos etarios, pero principalmente a aquellas personas que viven solas –que pueden ser los adultos mayores–, y a los niños y adolescentes. Ante un panorama desalentador que caracteriza a la pandemia, es importante insistir con la esperanza, dijo el doctor Torales. “Tenemos que insistir con el espíritu de la esperanza. Esto en algún momento va a terminar. Como todo ciclo biológico, la pandemia se va a terminar. Que la esperanza haga frente a la incertidumbre, es lo que podemos hacer”. (Ver infografía). APRENDER A ESTAR SOLOS La sicóloga Fátima López Moreira sostiene que la pandemia nos reencuentra con nuestra soledad. “¿Qué está pasando? Nos estamos encontrando con nuestra soledad y nos está molestando porque no estamos acostumbrados a estar solos”, afirmó tajante. Esta situación incide en altas tasas de alcoholismo de personas que están todo el día en redes y en que se recrudezcan los trastornos del estado de ánimo, dijo. “Nos estamos dando cuenta de que el ser humano tampoco está preparado para transitar su soledad. Esto no quiere decir que tenemos que ser ermitaños, sino que tenemos que saber estar solos”. La licenciada López Moreira sostiene que la soledad tiene sus pros y sus contras, y que la persona debe aprender a estar en un estado de soledad, no todo el tiempo, pero por un lapso, un estado que permite hacer una retroinspección, un ejercicio necesario en la vida de las personas. A los adultos mayores es importante hablarles sobre la situación de la pandemia, las medidas sanitarias y por qué se restringen las visitas, pero de manera breve, para evitar la sobreinformación, un aspecto que genera estrés y aumenta la ansiedad. En tiempos de aislamiento, se recomienda a los familiares enseñar a los adultos sobre el uso de la tecnología, que les permitirá a no sentirse tan solos. “A ellos les cuesta lo electrónico. Muchos de ellos me dicen ‘Fátima, yo no sé mucho de las conexiones, me siento frustrado, me siento solo, no puedo conectarme’. Se sienten inservibles y solos”. La conexión a través de videollamadas permitirá disminuir la sensación de soledad, dijo. “Los seres humanos somos seres sociales, nosotros nos construimos a partir del otro”. Atender a los cambios de conducta para pedir ayuda a un profesional, instan los profesionales. “Tenemos que estar en alerta, es un tiempo vulnerable para todos. Hay sectores que son más vulnerables aún porque no estamos preparados para vivir en soledad. Estamos preparados para tener un ritmo de vida muy acelerado. Con demasiadas actividades, donde no nos dimos tiempo. Ahora nos obligaron a mirarnos a nosotros”, dijo la licenciada López. IMPACTO EN LA SALUD MENTAL Un nuevo estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) demuestra que la pandemia perturbó o paralizó los servicios de salud mental esenciales en un 93% en 193 países del mundo, mientras se registra un aumento de la demanda de consultas. “La pandemia está provocando un incremento de la demanda de servicios de salud mental. El duelo, el aislamiento, la pérdida de ingresos y el miedo están generando o agravando trastornos de salud mental. Muchas personas han aumentado su consumo de alcohol o drogas y sufren crecientes problemas de insomnio y ansiedad”, dice un comunicado de la OMS.
NUEVO VIRUS DEL SIGLO
NUEVO VIRUS DEL SIGLO
IMPACTO. En los servicios de siquiatría la cantidad de pacientes tuvo un aumento exponencial, asegura el especialista.
CUIDADOS. Siquiatras y sicólogos dan tips para sobrellevar la nueva forma de vivir que se implementó a causa del Covid-19.
Hay que pedir ayuda (a un profesional), no hay que tener miedo, ni hay que pedir tiempo. La salud mental es cosa de todos. No es cosa de locos, no es cosa de pocos.
Lic. Fátima López,
sicóloga.
Tenemos que insistir con el espíritu de la esperanza. Esto en algún momento va a terminar. Que la esperanza haga frente a la incertidumbre, es lo que podemos hacer.
Dr. Julio Torales,
siquiatra.
Las fiestas de fin de año serán una prueba de fuego
A la incertidumbre en tiempos de pandemia, se le suma la cercanía de las festividades de fin de año que traen consigo el aumento de depresión y otras enfermedades mentales, propias de la fecha. “Las fiestas de fin de año van a ser una prueba para todos nosotros”, sostiene el doctor Julio Torales, jefe del Servicio de Siquiatría del Hospital de Clínicas. Teniendo en cuenta las medidas sanitarias en el marco de la pandemia del coronavirus, el doctor Torales recomienda utilizar la tecnología y organizar encuentros virtuales entre amigos y familia a las cero horas, para estar todos juntos. “La Navidad no es el hecho de estar físicamente juntos, la Navidad es recordarle al otro que uno le importa, le ama y se preocupa por él. Ese es el espíritu que debe primar en la Navidad, no importa la religión, sino importa el espíritu donde celebramos la unión y el amor”. Ante las restricciones de la cantidad de personas en reuniones familiares, el siquiatra Torales alega que lo importante en este tiempo de pandemia no debe ser la presencia física, sino más bien expresarle al otro lo que uno siente. La pandemia también impactará en los festejos de fin de año, caracterizados por los grandes encuentros familiares, los viajes masivos al interior del país, los festejos en modo de aglomeración en bares y discotecas. A esto, se les suma que miles de familias en el país recordarán con dolor la ausencia de un ser querido.