Dos de sus agencias, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), advirtieron en un comunicado conjunto que, por ejemplo, 25 millones de niños no tuvieron el pasado año acceso a la vacuna DTP3 contra la difteria, el tétanos y la tosferina, frente a los 23 millones de 2020.
La cobertura de la vacunación con DTP3 cayó el pasado año cinco puntos con respecto a 2019, hasta el 81%, “lo que muestra un creciente número de niños en riesgo de sufrir enfermedades evitables pero devastadoras”, asegura la nota.
Aunque se esperaba que 2021 supusiera cierta recuperación tras el golpe sufrido por las campañas de inmunización en 2020, el primer año de pandemia, la cobertura de vacunaciones siguió bajando el pasado año (en el caso de la DTP3, hasta su mínimo nivel desde el 2008).
La mayor parte de los afectados en este caso son niños de países de ingresos medios y bajos, con especial incidencia en India, Nigeria, Indonesia, Etiopía y Filipinas, destacaron OMS y Unicef.
También ha bajado la cobertura de la vacunación contra enfermedades, como el sarampión, que igualmente ha caído a los niveles más bajos desde 2008 (81%), lo que dejó a 24,7 millones de niños sin su primera dosis el pasado año, 5,3 millones más que en el 2019.
Por otro lado, en comparación con 2019, 6,7 millones más de niños no pudieron acceder a su tercera dosis de vacuna contra la polio, señalaron OMS y Unicef.
En el caso de la vacuna contra el papilomavirus, se ha perdido más de la cuarta parte de la cobertura que se había conseguido en el 2019 y la tasa permanece muy baja, en el 15%, “con graves consecuencias para la salud de mujeres y niñas”, alertaron las dos agencias de la ONU.
Estas situaciones se agravan por el hecho de que están aumentando en muchos países las tasas de malnutrición infantil, lo que debilita la inmunidad natural de los niños, “y supone que enfermedades comunes puedan resultar letales para ellos”.
“Estamos siendo testigos de la mayor caída sostenida en inmunización infantil en una generación, y las consecuencias se medirán en vidas humanas”, advirtió la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.