La penosa muerte de un gran actor a veces sirve para rescatar etapas valiosas de su trabajo, que tienen que ver con la expresión cultural, política y social de nuestros pueblos, pero que por diversos factores permanecían poco conocidas en nuestro ámbito. Es el caso de la película brasileña Noites paraguayas, cuyo título mezcla el portugués y el español, filmada a principios los años 80, con varias escenas que transcurren en nuestro país, durante la dictadura stronista y que tuvo como uno de los protagonistas a Ramón del Río.
Fue el único largometraje que realizó el cineasta brasileño Aloysio Raulino, considerado el mejor fotógrafo de cine en el vecino país. El filme se presentó en Brasil en 1982 y participó de varios festivales de cine internacional, pero nunca se llegó a estrenar en el Paraguay.
El periodista cultural José Luis De Tone encontró recientemente la película disponible en YouTube. De Tone recuerda que acompañó las filmaciones en Paraguay y ayudó a los realizadores, pero nunca había visto la película hasta ahora. El también periodista y actor teatral Antonio Pecci cuenta que fue uno de los asistentes de dirección y colaboró en la selección de los actores locales, pero tampoco tuvo oportunidad de verla, hasta ahora.
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La guarania de Flores
La película inicia con los créditos sobre figuras folklóricas del Paraguay, usando como fondo la clásica guarania Musiqueada che ámape, de José Asunción Flores, y escenas filmadas en una zona rural de Ypacaraí, con vistas del lago y diálogos en guaraní, en donde una familia campesina pierde al padre anciano, agricultor.
Tiene situaciones peculiares, que resultan cómicas para el público paraguayo, como actores brasileños intentando hablar en guaraní.
El protagonista Rosendo (Rafael Ponzi) parte de su humilde hogar en la compañía Hugua Hú de Ypacaraí para buscar un mejor destino en Asunción, viajando en el viejo tren (entonces todavía en funcionamiento). La cinta asume en gran parte de su narrativa un desprolijo registro documental con postales de la Asunción de entonces, un viaje por el río Paraguay, una visita a la comunidad indígena Maká, captando elementos antropológicos y discursos que plantean la necesidad de un cambio cultural generacional.
Rosendo conoce a Pedrito, interpretado por un joven Ramón del Río, un músico folklorista aventurero, en un local nocturno en Asunción. Se hacen amigos y deciden emigrar a la ciudad de São Paulo, Brasil, donde se hospedan en la casa de unos parientes migrantes paraguayos y se enfrentan a la dura realidad social y política en que los pobres deben abrirse camino para sobrevivir.
La imagen de Ramón y de Rosendo en medio del gentío en una atestada avenida paulista se volvió la imagen principal de la película.
La realidad de los migrantes
Noches Paraguayas es el primer largometraje del cineasta Aloysio Raulino (1947-2013), conocido en la década de 1970 por realizar documentales de cortometrajes, destaca la enciclopedia Itaú Cultural. Producida por Atalante Produções Cinematográficas, con el apoyo de la Secretaría de Cultura del Estado de São Paulo y la extinta Empresa Brasileira de Filmes SA (Embrafilme), la película forma parte de un conjunto de obras dirigidas por jóvenes cineastas paulistas del llamado Cine da Vila (Cine de la Villa).
“Entre los rasgos comunes en la producción de estas películas se puede identificar una oscilación entre el cine de autor y el cine para el gran público, el gusto por la ironía y la ambigüedad y la ambientación en la metrópoli”, destaca el informe.
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La película trata sobre las corrientes migratorias provenientes de Paraguay, partiendo del área rural de la frontera, llegando a São Paulo. “El tema pone de relieve las grandes dislocaciones sociales del Brasil moderno, el enfrentamiento entre la sociedad rural, basada en la familia y la religiosidad, y el mundo de la cultura mercantil, visto como un espacio de alienación. Noites paraguayas trata sobre la vida de un campesino paraguayo, Rosendo, que deja su tierra natal, su familia y su prometida, para probar la vida en São Paulo. Al llegar a la ciudad, conoce a otros músicos del campo que trabajan en un restaurante de la región central. Después de fracasar como vendedor en la Rua 25 de Março, en el centro de São Paulo, y como albañil, Rosendo regresa a su ciudad natal y se casa”, agrega.
La situación no mejora cuando llega a Paraguay, ya que se encuentra con un país devastado. “En medio de esta historia, se presentan otras situaciones, como pequeños segmentos que, por un lado, aflojan la narrativa lineal en torno al personaje principal, y, por otro, exponen la ingenuidad y experiencia del campesino paraguayo en la ciudad de Sao Paulo. Un ejemplo de esto es la escena en la que se ve a los soldados del Ejército paraguayo, luego de resucitar y desnudarse, lo que nos permite asociar el fracaso de la experiencia en la ciudad con la devastación ocurrida durante la Guerra del Paraguay”, revela el informe sobre la película.
Mezcla de culturas
En un artículo publicado en el portal de cultura “Escotilha”, con el título “Noites paraguayas: a subalternidad del inmigrante paraguayo en la caótica São Paulo”, el crítico brasileño Valsui Junior sostiene: “Más que una oda o incluso una narración del viaje del migrante paraguayo en los grandes centros urbanos de Brasil, Noites paraguayas retrata el viaje del inmigrante en una tierra diferente (incluso de manera medio documental, cuando filma mujeres nativas en un diálogo entre un señor nativo y el protagonista). El protagonismo en sí es el resultado de un mestizaje, no representa al indígena totalmente desconectado de una realidad evolutiva, pero tampoco deja de cultivar sus raíces, incluso regresando a su tierra natal en el último momento”.
“Este es otro punto muy importante de la película: la memoria, la conexión con el pasado, con la forma en que nos criaron. Al final del largometraje de Raulino, esto es lo que queda, la conexión con el pasado, con lo que, incluso lejano, queda”, agrega.
La película es considerada por la crítica brasileña como una película más de arte experimental que de entretenimiento y es una muestra del talento de Ramón del Río en una de sus primeras incursiones en el cine internacional.
La película está disponible en Youtube. Vale la pena verla:
@andrescolman
