Johanna Peralta
Mañana se festeja el Día Mundial del Folclore, expresión auténtica de un pueblo que abarca sus tradiciones, leyendas, costumbres, música, danzas, etc. Es una fecha para celebrar los conocimientos y usos transmitidos de generación en generación. No obstante, en el ámbito de la danza, la tradición de la polca paraguaya se va perdiendo y existe menor interés de aprender en las nuevas generaciones, sobre todo en la capital, según opinan referentes del área.
OTRAS DANZAS. En los espacios públicos del microcentro de Asunción, ya se hizo costumbre la enseñanza gratuita de diversos estilos de baile, como el tango y la salsa. Es casi normal ver cada fin de semana a parejas de jóvenes y adultos aprendiendo los pasos de estos bailes, pero sin embargo la polca paraguaya está ausente. Esto no ocurre con la música folclórica, que sí tiene bastante difusión y sigue muy vigente con propuestas de diversos grupos.
Quizás por una cierta falta de interés del público y también porque a nadie se le ocurrió enseñar, la danza tradicional pierde terreno frente a propuestas foráneas como las ya mencionadas.
“La polca como danza hoy día se encuentra prácticamente en terapia intensiva, al menos en la capital, entonces se deben crear espacios donde se pueda bailar y los niños puedan vivenciar la polca”, dice al respecto la profesora Malu Aponte, primera licenciada en Danza de la Facultad de Arquitectura Diseño y Arte (FADA).
La docente considera que una de las opciones para revitalizar el aprendizaje de la danza son las peñas, donde siempre hay música y las personas bailan.
Sostiene que no se necesitan introducir cambios, ni agregar nada. “La danza paraguaya es bella, no es necesario innovar y agregar tanto, porque así se está alejando de lo que realmente es”, sostiene Aponte.
Explica que la polca es un baile de pareja enlazada y que una de sus características es la espontaneidad.
EL OLVIDO. El peor escenario para la polca paraguaya es el olvido. Que se convierta, al igual que otras danzas tradicionales, como la palomita, el cazador, la golondriana, london karape, chopi y otras, en algo que pertenece a la historia porque el pueblo ya no baila. “Si bien son conservadas en las academias de danza y alguna que otra intenta que los niños la conozcan en la escuela, el pueblo ya no las conoce porque no baila”, dice Aponte.
Aclara por otra parte, que las danzas de inspiración folclóricas son creaciones coreográficas de las academias de danza, inspiradas en hechos folclóricos.
Sostiene que si existiera algún proyecto para enseñar danzas tradicionales, los interesados en aprenderlas deben ser constantes porque tienen su dificultad coreográfica. “Al dejar de ser espontáneas, tienen una estructura coreográfica que no es fácil, y lleva un proceso para que la gente pueda aprender”, destaca Aponte.
La Unesco declaró que cada 22 de agosto, se conmemore el Día Mundial del Folclore, elegido en recuerdo a aquel 22 de agosto de 1846, cuando el arqueólogo británico William G. Thorns publicó en la revista londinense Atheneum una carta en la que por primera vez usó el término folclore. Se buscaba acuñar una palabra que englobara lo que por aquellos días se conocía como “antigüedades populares”. En la actualidad, la definición es más amplia abarcando la “comunicación artística en grupos pequeños”.
Opinión
“Es triste ver que se enseñen otros estilos”
“Qué manera de no quererle a nuestra danza paraguaya, a todo el mundo le gusta la danza paraguaya, pero menos a nosotros. Es triste ver que se enseñen otros estilos de danza en espacios abiertos menos los paraguayos. No se le da el valor a la polca paraguaya. No somos patriotas, nos gustan las cosas de los otros países, nos creemos inferiores y nunca nadie ofrece proyectos para danzar la música paraguaya. Debemos fomentar que la gente aprenda los pasos de los enlazados de parejas para poder bailar la danza paraguaya. Lastimosamente, la gente joven no se prende a nuestra danza folclórica”. Zully Vinader, profesora de danza folclórica.