Para el ex comandante de la Policía Nacional, comisario Casto Guillén, las fuerzas de seguridad están perdiendo la guerra contra el crimen organizado por la falta de cuidado de los recursos tecnológicos que ayudan a esclarecer los hechos ocurridos.
Uno de ellos es la reparación de las cámaras del Sistema 911, que en la mayoría de los casos se encuentran averiadas y esto favorece a los que cometen hechos punibles.
“Estuve escuchando que existen alrededor de 1.500 cámaras en el país y que un poco más de 860 nomás funcionan. Muchas veces, tenemos que recurrir a imágenes de negocios o domicilios particulares para las investigaciones”, reflexionó el jefe policial.
Para Guillén, una de las deficiencias que permiten esta situación es la falta de importancia que se le da al rubro de mantenimiento. “La Policía adquiere tecnología, pero no se da importancia al rubro de mantenimiento”, agregó.
Fuentes consultadas por ÚH revelaron que desde el año 2011 se llevan invertidos alrededor de 27 millones de dólares en un sistema integrado de hardware y software. Para que esto sea efectivo, se necesita invertir en su mantenimiento unos 3 millones de dólares anuales, solamente para que funcionen de manera correcta.
“Sabés lo útil que es y lo persuasivo para un delincuente el tema de las cámaras. Eso ayuda a esclarecer los hechos. Podemos ver por dónde escaparon. Muchos casos se resolvieron así”, agrega el comisario Guillén.
FALLAS. Sin embargo, también se dieron casos en que la falla en las cámaras beneficiaron al crimen organizado y dificultaron las pesquisas.
Uno de los casos se dio el 12 de setiembre, en el que sicarios asesinaron al empresario Mauricio Schwartzman en Asunción.
Según manifestaron los investigadores, las cámaras del Sistema 911 instaladas en la zona no estaban en funcionamiento y los asesinos no pudieron ser visualizados.
Las cámaras de casas contiguas no pudieron captar con nitidez lo sucedido y, hasta el momento, no fueron identificadas las personas que dispararon al empresario, quienes necesitaron solo unos segundos para cometer el crimen que conmocionó a gran parte de la opinión pública, por la expansión de los hechos de sicariato a varios departamentos del país.
En el cuádruple crimen ocurrido el 9 de octubre en Pedro Juan Caballero se dio un fenómeno similar. Las cámaras del 911 tampoco funcionaban y esto también dificulta la tarea investigativa.
AUTONOMÍA. El ex comandante Guillén afirma que el problema no es solo la falta de presupuesto, sino la falta de libertad que tienen los uniformados de administrar la institución. “Hay un problema de autonomía. Necesitamos manos libres para administrar nuestra institución y rendir cuenta luego. Si está mal, nos hacemos responsables”, indicó.
En su opinión, muchas veces los jefes de comisarías y otras autoridades policiales deben pasar muchas barreras burocráticas para solucionar un inconveniente.
“Cuando hay algún inconveniente, tenemos que recurrir al Ministerio del Interior y la Policía es dinámica. Una patrullera, por ejemplo, no puede estar descompuesta mucho tiempo. Estas trabas nos obligan a la autogestión”, expresó, agregando que en muchas ocasiones deben pedir ayuda a la ciudadanía que organiza colectas para salir del apuro.
Averiadas
De un total de 1.458 cámaras de circuito cerrado a nivel país, en Asunción hay 668, en el Departamento Central hay 218 y en las cinco regionales se cuenta con 572. Esto deja en evidencia que solo el 40% de los aparatos tecnológicos están en funcionamiento. Según habían manifestado los jefes policiales encargados del sistema, uno de los motivos es la pérdida de señal por cuestiones técnicas y otros como la falta de actualización y de mantenimiento. Los sucesivos cortes de energía también ocasionan daños severos.