Diego Abente Brun, profesor de la Universidad George Washington, consideró que es fundamental que una política exterior exitosa cumpla tres requisitos. En primer lugar, claridad en la identificación y enunciación de los intereses nacionales.
Además, remarcó la importancia de la idoneidad en el diseño y la aplicación de las estrategias para alcanzar estos intereses, así como el elemento de la continuidad en su ejecución.
“El hecho de que en apenas 28 meses hayamos tenido cuatro ministros, en un promedio de duración de siete meses, impide asegurar el cumplimiento de estos prerrequisitos. Y estos son apenas el principio, la premisa sobre la cual se debe basar la política exterior que debe ser siempre paraguayo céntrica y nunca guiada por el interés de complacer o satisfacer los intereses de otros Estados, a menos que ello sea porque coinciden con los nuestros”, sostuvo el ex legislador y director del Programa en Estudios Latinoamericanos en Estados Unidos.
Abente Brun apuntó que esta inestabilidad en la política exterior de Mario Abdo “beneficia a los demás Estados del sistema internacional y global, con el cual Paraguay interactúa y perjudica notoriamente a nuestro país”.
RENEGOCIACIÓN. A criterio de Abente Brun, esta inestabilidad afectará de alguna manera a la renegociación del Anexo C, que deben impulsar con fuerza las autoridades del Gobierno a partir de este periodo.
“Esto y otros hechos de público conocimiento afectarán de una manera adversa la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú”, advirtió el docente de la universidad norteamericana.
Remarcó que “esta política sin claridad y sin firmeza perjudica notoriamente los intereses nacionales”.
“Vemos contradicciones. Por un lado, el presidente dice que González va a ser uno de los principales del equipo negociador y, por otro lado, dice que no, que solamente va a ser director de Itaipú. Esto evidentemente beneficia a los Estados con los cuales nos relacionamos, como en este caso es Brasil, y perjudica la capacidad negociadora de Paraguay. Esta improvisación, falta de continuidad y de consistencia, sin duda alguna, no puede ser más negativa para la política exterior paraguaya”, significó.
HUMOR POLÍTICO. La Administración de Mario Abdo nombró en agosto del 2018 a Luis Alberto Castiglioni como canciller. Este permaneció en el cargo casi 12 meses hasta que estalló la crisis que casi terminó arrastrando al Gobierno.
El escándalo generado por el acta fallida de Itaipú con la que se pretendía comercializar la energía de la binacional –para beneficiar a la empresa brasileña Leros– obligó a Castiglioni a presentar su renuncia y volver a ocupar su banca en el Senado.
En su reemplazo fue designado Antonio Rivas, un diplomático de carrera, quien tuvo una confrontación interna en el momento en que en el Senado se impulsó un proyecto de ley para la reforma del servicio diplomático.
El presidente no aguantó la presión política y en octubre del año pasado, finalmente, termina cambiando a Rivas. En su reemplazo fue nombrado Federico González, considerado como uno de sus leales en Palacio de Gobierno. Es un hombre que conoce de política exterior por los años de trayectoria en Relaciones Exteriores. Sin embargo, la indefinición del presidente de la República hace que nuevamente realice movidas en la Cancillería. Federico apenas permaneció tres meses en el cargo y ahora fue nombrado Euclides Acevedo.
González va como director paraguayo de Itaipú. Esto abre un frente de conflicto por su antecedente en el acta fallida, ya que fue él quien llevó la nota al ex presidente de la ANDE Pedro Ferreira para que avale con su firma el documento.
Estos hechos de público conocimiento afectarán de manera adversa a la renegociación del Anexo C. Diego Abente Brun, profesor en Washington.