El DJ francés David Guetta ofreció un concierto desde su terraza en Miami, el fin de semana pasado, que fue transmitido en redes sociales y llegó a un público virtual de más de 8 millones de personas. A lo largo de las casi dos horas de presentación, el artista pudo reunir la nada despreciable suma de USD 600.000 que fueron donados a organizaciones que ayudan a grupos vulnerables a soportar los golpes generados por la emergencia sanitaria. Durante el show, Guetta recordaba insistentemente el valor de cada dólar que se pudiera donar, ya que gracias a ello varias familias tendrían el alimento en sus mesas.
Esta iniciativa tuvo un tono similar al programa Global Citizen, que reunió a artistas de todo el mundo, y no dista mucho de las frecuentes polladas y hamburgueseadas que organizamos en Paraguay cuando se debe costear un tratamiento médico: con más o menos glamour, el concepto de la salud que despierta la empatía y llama a una acción social está ahí, en el intento de paliar, aunque sea moralmente, las falencias de los sistemas que siguen siendo incapaces de garantizar una atención básica a la población.
En Paraguay no podían faltar las admirables muestras de solidaridad en los tiempos del Covid-19. Las ollas populares que se extienden a lo largo del territorio nacional y la donación de alimentos por parte de la Federación Nacional Campesina (FNC) son muestras de lo unidos y sensibles que podemos ser cuando el hambre aprieta. Hasta el carismático influencer Vicente Jakare Saenger aprovechó su popularidad en Instagram para donar el dinero recolectado con su récord de vistas a la olla popular organizada en su natal San Juan Nepomuceno, y de paso inspirar a empresas a realizar promociones de carácter solidario.
Un sector al que también se pidió mayor sensibilidad social es el bancario. El presidente de la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD), José Maciel, inició con un llamado a los bancos a colaborar en la canalización de las medidas de apoyo dispuestas por el Gobierno, a fin de que los sectores más afectados por la pandemia puedan acceder a fondos y seguir subsistiendo. Los gremios de microempresas, después, alzaron su voz de reclamo por lo que consideran una respuesta insuficiente de las entidades financieras, cautela argumentada con el elevado riesgo que representa hoy en día prestar dinero sin tener certeza de que retornará para cumplir con la confianza depositada por los ahorristas.
Si bien la respuesta a la pandemia está sometiendo a prueba a las teorías económicas, la apuesta por la solidaridad está más firme que nunca. Pero no olvidemos que no podemos seguir solo con los parches de las polladas y los live de Instagram, también debemos aprender a elaborar estrategias de protección a los sectores menos favorecidos y priorizar de una vez por todas al cuidado de la salud.