Todo se inició con una serie de reportajes que llevaba por título: Festín de rubros docentes en la UNA, que publicó Última Hora desde aquel 8 de setiembre. La serie develaba el esquema de presunta corrupción dirigido por el rector de la Universidad Nacional de Asunción, Froilán Peralta. Entonces sucedió lo que nadie esperaba, el despertar de una gran movilización estudiantil que se convirtió en #UNAnotecalles.
Aquellas jornadas van a figurar por siempre entre las mejores imágenes de la rebeldía desatada, la solidaridad y el compromiso de aquellos estudiantes.
No obstante, pocos recuerdan ya cómo comenzó.
El primer reportaje de aquel 2015 se refería a una joven maestra parvularia que era la secretaria del rector Froilán Peralta, la cual cobraba como profesora en la UNA. La asistente del rector Peralta facturaba al mes 12,6 millones de guaraníes como profesor de la Facultad de Veterinaria; percibía 5 millones de guaraníes, por dos cátedras, una de ellas en la carrera de Producción Animal. Además de su rubro de profesor, cobraba como asistente del rector 3.559.000 guaraníes, más una bonificación por responsabilidad en el cargo de 4.000.000 de guaraníes, un pago que solo les correspondía a funcionarios de jerarquía, según el reglamento presupuestario. Con todo eso, su remuneración alcanzaba los 12,6 millones.

Al día siguiente, otra publicación de ÚH relataba la historia de Hermógenes Rivas, un profesor con 25 años de carrera como docente de la Universidad Nacional de Asunción, en la Facultad de Veterinaria y que ganaba lo mismo que la maestra parvularia.
“El mismo sistema de corrupción que hay en el país se replica con creces en la UNA, perfeccionado inclusive”, había opinado el profesor Rivas hace cinco años. Y aunque en aquel momento no lo sabíamos, cinco años después poco cambiaría en la UNA y en el país.
La serie de reportajes se explayaba también en la generosidad del ahora ex rector, que era magnánimo con la plata del Estado.
Froilán Peralta, además de nombrar a una maestra parvularia como profesora en Veterinaria, también dio rubros de docente a la madre y a la prima, ninguna de ellas tenía título universitario.
La mamá de Tatiana tenía dos rubros como docente y un sueldo administrativo en la Facultad de Veterinaria, pero estaba comisionada en el Rectorado, donde encima no asistía por motivos de salud.
Pero no acaba ahí la historia. Froilán Peralta también le dio trabajo a la hermanita pequeña de su secretaria, quien apenas cumplió 18 recibió como regalo un rubro en la UNA. La joven cumplió 18 años en el mes de febrero y en marzo ya cobró su primer sueldo. La misma figuraba como personal de servicios del Rectorado; sin embargo, la jefa de servicios no la había visto en su vida.
Una última florcita antes de terminar, la pareja del papá de la secretaria de Froilán, o quien vendría a ser algo así como su madrastra, también encontró un lugarcito en la UNA: la misma cobraba cuatro rubros como docente en la Facultad de Veterinaria.
El movimiento #UNAnotecalles fue una maravillosa reacción estudiantil ante la corrupción. Esa misma corrupción que devora los recursos que debían ser utilizados para formar, por ejemplo, a médicos y enfermeras que hoy tanta falta nos hacen.
Lo que pasó después también refleja el país que tenemos: renunciaron el rector, el vicerrector y varios decanos y funcionarios, pero al final nunca se hizo justicia.