Carlos III asumirá el sábado como jefe de Estado del Reino Unido y de 14 países de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth), entre los que figuran Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
“Desde mi punto de vista, no creo que sea una buena idea. Realmente no sé qué más podemos hacer”, declaró a CBC la princesa de 72 años, en referencia a las medidas tomadas en los últimos años para reducir el estilo de vida de los Windsor.
Este proyecto se mencionó “en un momento en que había algunas personas más” en la familia real, observó.
Según medios británicos, Carlos III podría decidir reducir el número de empleados a su servicio así, como el número de miembros de la familia real encargados de representarlo en sus misiones oficiales, con el fin de reducir costos para el contribuyente británico.
La princesa Ana, decimosexta en la línea de sucesión al trono británico, es considerada la más activa de la familia, con asistencia a 214 eventos oficiales en 2022.
Agregó que no espera cambios importantes en el funcionamiento de la institución bajo el reinado de su hermano mayor.
“Uno sabe qué esperar porque él se ha estado preparando durante un tiempo y no creo que vaya a cambiar”, dijo en la entrevista transmitida el lunes.
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Apuntó que la familia real apoyará a Carlos en su papel de rey, como lo hizo con su madre, la reina Isabel II, antes de su muerte a los 96 años en septiembre de 2022.
Las declaraciones de la princesa Ana se producen a cuatro días de la coronación de Carlos III, prevista para el sábado en la Abadía de Westminster en Londres, un evento en el que se esperan miles de británicos y turistas, así como numerosas figuras políticas, incluido el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
En Canadá se programaron varios eventos para marcar el comienzo del reinado de Carlos III, incluyendo actuaciones de música indígena, el lanzamiento de una nueva estampilla y una salva de 21 cañonazos disparada desde Parliament Hill.
Los canadienses están divididos sobre el tema de la monarquía: según una encuesta reciente de Ipsos, el 54% cree que Canadá debería poner fin a sus vínculos formales con la realeza, cuyo papel hoy en día es en gran parte ceremonial.
Solo el 56% de los canadienses confía en que Carlos III hará un buen trabajo como rey, en comparación con más del 80% que apoyaba a su madre.
“Solo me gustaría señalar que la monarquía le da a la Constitución (canadiense) un cierto grado de estabilidad a largo plazo. En realidad, es bastante difícil lograrlo de otra manera”, dijo la princesa Ana.