En su último informe publicado el miércoles pasado, Fitch Ratings resaltó la sólida reactivación que se está viendo en la economía paraguaya desde el último tramo del 2020. La calificadora de riesgo ve recuperaciones en la producción del sector agropecuario y del rubro de la energía hidroeléctrica, por lo que la agencia revisó al alza sus proyecciones de contracción del año pasado y su estimación de expansión del PIB para este 2021.
En ese sentido, el reporte de la firma internacional habla de un pronóstico de crecimiento del 4,2% para este año, frente al 3,5% previsto a inicios de diciembre pasado.

Este aumento en 0,7 puntos porcentuales proyectado por Fitch es un análisis que es compartido por reconocidos economistas locales como Carlos Fernández Valdovinos, César Barreto y Rubén Ramírez Lezcano, entre otros. Para los analistas locales, además de la mejoría en los desempeños que vienen registrando sectores como la maquila, la construcción y el comercio al cierre de diciembre e inicios de enero, son una buena señal los elevados precios que están teniendo los commodities a nivel internacional, lo que a pesar de tener una menor producción, puede significar ingresos récord para el rubro agrícola. Esto a su vez, puede convertirse en un empuje indirecto para otros sectores.
Los buenos números que está registrando la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) son un aval del repunte que se está viendo en la actividad interna. Con una recaudación total en enero que fue superior en 8,6% al mismo mes del 2020 y en 13,2% si se tiene en cuenta solo los ingresos en efectivo, se superó la expectativa de variación del 5%. En este contexto, el IVA, principal recaudador del Fisco e indicador del nivel de consumo, mostró un crecimiento del 3,4% impulsado principalmente por las compras de fin de año.
No obstante, esta mejora en la actividad interna todavía es frágil y desbalanceada. Las proyecciones hablan de que los rubros que dependen de la concurrencia masiva, como la gastronomía, eventos, cines, shoppings y otros, seguirán reactivándose lentamente y se calcula que recién en el segundo semestre podrían empezar a recuperar el ritmo registrado antes de la pandemia.
Esto ratifica la importancia de la política de vacunación y de seguir invirtiendo en el equipamiento de salud pública. Es muy importante que el Ministerio de Salud garantice que la vacuna llegará a tiempo y que el proceso de compra no se vea afectado nuevamente por escándalos como al inicio de la pandemia. Esto permitirá que los actores económicos ganen en confianza y seguridad.
Pero también confirma lo vital que seguirá siendo el cumplimiento de las medidas sanitarias para evitar que el buen desempeño se vea entorpecido por el aumento de los contagios del Covid-19. Si algo hemos aprendido de las experiencias europeas con el coronavirus, principalmente, es que además tener un sistema de salud eficiente es crucial el comportamiento de la ciudadanía. Lavarse las manos, usar siempre el tapabocas y evitar aglomeraciones son medidas claves para evitar que esta enfermedad se desborde y obligue nuevamente al Gobierno a establecer medidas restrictivas.
Tras un 2020 muy difícil, donde la economía cayó drásticamente, se perdieron miles de empleos y se agudizó la pobreza en un sector de la población, la recuperación de la economía, principalmente de la micro, es fundamental para que los sectores económicos vayan recuperando el terreno perdido y eso pueda garantizar un efecto derrame.
No olvidemos tampoco a la parte pública. El Gobierno no debe dormirse en los laureles y debe seguir acompañando el proceso de reactivación. Ya no puede esperar la reforma del Estado. La calidad del gasto debe reflejarse en la calidad de vida, por lo que los bienes y servicios deben ser más eficientes y responder a las demandas actuales.
La recuperación es una tarea de todos.