La residencia campestre del príncipe Harry y su esposa, Meghan, muy cercana al Castillo de Windsor, fue objeto de una exhaustiva reforma que duró unos seis meses para convertir cinco zonas en una única vivienda para la pareja y su bebé, Archie.
Los medios locales indicaron este lunes que los duques instalaron en su nueva casa una cocina y baños de lujo y una sala para que la duquesa practique yoga, disciplina a la que es muy aficionada.
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La oficina que gestiona la contabilidad del llamado Sovereign Grant, que financia los gastos oficiales derivados de la residencia de la reina, reveló que la monarquía británica costó este año fiscal al contribuyente 67 millones de libras (74 millones de euros), un incremento de casi 20 millones de libras (22 millones de euros) frente al periodo anterior.
Gran parte de ese aumento se debió a las obras acometidas para reformar el Palacio de Buckingham, residencia oficial en Londres de Isabel II, y para el mantenimiento de los palacios reales.
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Con relación a las tareas realizadas en Frogmore Cottage, un edificio del siglo XIX, Michael Stevens, responsable de las cuentas de la monarquía, dijo que allí “no se habían llevado a cabo reformas durante algunos años y ya había sido seleccionada para ser renovada” con el objetivo de “mantener la condición de palacio real estatal ocupado”.
Precisó que el “Sovereign Grant cubrió las obras destinadas a convertir el edificio en una residencia oficial y hogar del duque y la duquesa de Sussex y su nueva familia”.
“El edificio vuelve a ser una residencia única y se reemplazó la infraestructura que estaba anticuada para garantizar el futuro a largo plazo de la propiedad”, explicó.
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Stevens aclaró que, “sustancialmente, todos los muebles y arreglos” fueron sufragados por los duques.
Una fuente de la monarquía agregó que entre las obras principales figuró el reemplazo de los techos de madera, de los suelos, la modernización de los sistemas de calefacción y cableado eléctrico.
Los trabajos duraron seis meses y se completaron tiempo antes de que los duques dieran la bienvenida a su primer hijo que nació el pasado 6 de mayo.
La fuente de la realeza indicó, además, que, si bien existen fondos públicos para poder sufragar la nueva cocina o los baños, en caso de que el matrimonio opte por otras alternativas más costosas, lo pagarán de su propio bolsillo.