“Los registros muestran que Fausta vivió (más tiempo) que cualquier rinoceronte en el mundo, y lo hizo en el Ngorongoro, en libertad, durante más de 54 años antes de ser llevada a un santuario en 2016 durante sus últimos tres años de vida”, explica en un comunicado la autoridad de esta reserva.
Esta hembra de rinoceronte pereció el pasado 27 de diciembre, en principio, por causas naturales, si bien un grupo de científicos y veterinarios se ha desplazado hasta allí para investigar otras posibles causas.
“Fausta fue vista por primera vez en el cráter de Ngorongoro en 1965 por un científico de la Universidad de Dar es Salam, (por entonces) tenía entre tres y cuatro años”, reza el comunicado, en el que se explica cómo su salud se empezó a deteriorar a partir de 2016.
“Nos vimos obligados a poner el animal en cautiverio, tras varios ataques de hienas y heridas graves”, añade.
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La esperanza de vida de los rinocerontes se sitúa entre los 37 y los 43 años en libertad, pero pueden vivir una década más en cautiverio, según la autoridad de Ngorongoro.
Los resultados de las investigaciones verán la luz en las próximas semanas, después de que las muestras tomadas del cuerpo de Fausta sean estudiadas en un laboratorio, detalló uno de los científicos involucrados a la prensa local.
Amenazados por la caza furtiva, la población de rinocerontes negros se reduce a unos 5.500, según la ONG Save The Rhino, localizada en Sudáfrica, Zimbabue, Botsuana, Tanzania y Kenia.
Los cazadores buscan sus cuernos, que pueden llegar a venderse en mercado negro, sobre todo en Asia, por entre USD 60.000 y USD 80.000 el kilo dadas sus supuestas propiedades curativas y afrodisíacas. EFE