02 jul. 2024

La salud pública requiere de urgentes y eficientes acciones

Como la inseguridad reinante en el país, a diario también es un tema en los medios de comunicación el de la salud pública. Abundan cuestionamientos y denuncias por falta de camas en terapia, insumos y una atención más humana. La Urgencia del Hospital Nacional de Itauguá se ve como una zona de guerra y en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram) hace no mucho el cielorraso cayó sobre una paciente de UTI. El Gobierno debe ser más eficiente pues, la salud es un derecho de la población.

Decía hace unos días un titular de Última hora que, la salud pública se ve nuevamente rebasada. La realidad nos muestra que las autoridades no aprovecharon los aprendizajes que dejó la pandemia del Covid-19.

El área de Urgencias del Hospital Nacional de Itauguá es uno de los espacios que, ante el inicio de la temporada invernal, ya se está viendo afectado; las escenas se repiten a diario; por ejemplo, familiares empujando las camillas de sus pacientes en reducidos espacios. Estas escenas se han vuelto casi normales, pues como explican los profesionales, la urgencia que atiende a los adultos, se reduce a un salón que en la práctica era un pasillo del hospital; en este espacio se entremezclan pacientes con distintas patologías, que deberían estar con aislamiento estricto. En este hospital se atiende a los pacientes en banquitos, sillas y sillones, y es lamentablemente una situación que viene desde hace varios años. En el Hospital Nacional de Itauguá, donde antes se atendía a 10 pacientes, hoy deben atender a 100.

La irrupción de la temporada invernal trae consigo diversas enfermedades respiratorias, lo que inmediatamente tiene un gran impacto en los hospitales públicos, aumenta la cantidad de pacientes y nuevamente aflora la crisis por las carencias de infraestructura e insumos. Esto afecta por ejemplo al Hospital General de Barrio Obrero, que precisa de un edificio de mayor envergadura para los servicios que brinda; los mismos que otros nosocomios como los de Trinidad, Lambaré, Limpio, Loma Pytã, Villa Elisa, y el Ineram.

Según un reporte actualizado de la Dirección General de Vigilancia de la Salud, en la última semana, hubo un total de 53.090 consultas por enfermedades respiratorias, este dato representa un 14% más que la semana anterior.

Considerando que el invierno es un evento que produce cada año, con mayor o menor intensidad, por lo cual deberían las autoridades del Ministerio de Salud poder prever las necesidades y los requerimientos de los hospitales. Esto desnuda sin ninguna duda las deficiencias en la gestión de los recursos y en la planificación.

Nuestras autoridades no son capaces de resolver problemas básicos de infraestructura como el del Hospital Distrital de Mariano Roque Alonso, en donde hace dos años requieren un importante equipo para esterilizar ropas que serán usadas en los procedimientos quirúrgicos. Hace dos años hubo un accidente en el que falleció una enfermera, y desde entonces el hospital quedó sin el equipo que hasta hoy no fue repuesto. La falta de este equipo limita la cantidad de cirugías, explican los profesionales de este hospital, pues aunque siguen operando, si se pueden hacer 100 cirugías, por la falta del equipamiento solo llegan a hacer 60.

Además del colapso de la atención en los hospitales, otra queja recurrente sobre nuestra salud pública es el trato irrespetuoso e inhumano a los pacientes que llegan buscando alivio a sus padecimientos. Recientemente, se hizo público el reclamo de una paciente que padece de reuma y artritis, quien relató que estuvo esperando junto a un centenar de personas recibir atención médica de especialistas en el Hospital Regional de Luque. La mujer denunció que les prohibieron ingresar al centro asistencial para aguardar en los pasillos, razón por la que tuvieron que aguardar afuera. “Como un animal, todos sentados en la vereda. La triste realidad”, había explica la paciente en medio de sus dolores.

Es una obligación del Estado cuidar del bienestar de la población, y hacer realidad el ejercicio del derecho a una salud pública universal, que como sabemos se sostiene con los impuestos de todos los paraguayos y paraguayas.

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