Edito unas palabras sobre la secularización del P. Arturo Sosa, prepósito general de los Jesuitas, en el Sínodo sobre la Juventud.
La secularización como signo de los tiempos es “uno de los modos como el Espíritu nos está hablando y guiando. En lugar de multiplicar lamentos por el pasado idealizado que se fue, preguntémonos sinceramente qué nos está diciendo el Señor a través de la secularización...”.
La secularización provoca como diversas reacciones..
“Una es el secularismo combatiente que da la batalla contra cualquier forma de la fe religiosa desde un ateísmo militante… En otros casos el secularismo se muestra como indiferencia ante la experiencia religiosa. Y uno de los efectos frecuentes de la secularización es la interrupción de la trasmisión social de la religión…”.

Sin embargo, cuando “la sociedad se hace secular, surge también en muchos el deseo de conocer lo religioso y la experiencia de fe. En esta etapa se ha superado el combate contra la religión y la indiferencia se transforma en indagación del fenómeno religioso. De este modo, por curiosidad, muchos jóvenes se acercan a ver qué encuentran”.
¿Cuál debe de ser nuestra actitud?.
“Hacernos conscientes de cómo el mundo secular nos libra de ser cristianos automáticamente, por costumbre…”.
Liberarnos de “fundar en la religión la identidad nacional o cualquier identidad ajena a la experiencia espiritual que nos invita a reconocernos hermanos…”.
“La sociedad secular nos lleva a recuperar la importancia del anuncio de la fe y del acompañamiento pastoral de la maduración humana y cristiana...”.
“La experiencia de fe no produce súbditos de un señorío terreno sino seguidores voluntarios del Señorío Universal del crucificado-resucitad…”.
De allí la importancia de las comunidades cristianas. Sabemos que la fe cristiana no se vive a solas; la fe cristiana se vive en comunidad y es la comunidad la que garantiza totalmente ese acompañamiento del proceso de maduración en la fe” de las personas.