En Itapúa, los productores echaron semillas sobre el 80 a 85% de la superficie prevista. El presidente de la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP) de la zona, Dante Servián, explicó que como se arrastra un déficit hídrico desde el año pasado, faltan más precipitaciones para llegar a un equilibrio de humedad de los suelos, pero las lluvias de las últimas semanas sin dudas ayudaron en esta temporada. “De bueno a excelente están los cultivos”, dijo el agricultor sobre el comportamiento de los sojales.
En Itapúa hay un avance del 85% en la siembra de las 746.661 hectáreas que se pueden destinar a la oleaginosa. Del total de las semillas implantadas, el 70% ya germinaron sin inconvenientes.
En el caso de Alto Paraná, donde se prevé una superficie de unas 957.000 hectáreas, las taras de siembra llegaron al 80 a 85% del área, mientras que el 60% ya muestran germinaciones.

El representante de la CAP de esta zona Este, Aurio Frighetto, estimó que cerca del 15 de octubre germinarán las semillas que se echaron en los campos la semana pasada.
Hasta el momento las condiciones de cultivo son óptimas y solo se esperan algunos días soleados para que las maquinarias pesadas vuelvan a ingresar a las parcelas para culminar los trabajos a tiempo.
La recomendación es terminar la siembra en la primera quincena de octubre. Las primeras cosechas se podrían registrar incluso en diciembre, mientras que las parcelas más atrasadas podrían llegar al final de su ciclo, entre enero y febrero.
Las perspectivas apuntan a 3,5 millones de hectáreas como mínimo. Aunque el clima muestra un buen desempeño, las lluvias deben mantenerse hasta la temporada de llenado de granos, donde se determina el rendimiento del cultivo.
En los departamentos de mayor concentración de cultivos extensivos todo marcha bien. Las lluvias garantizaron un buen periodo de siembra y óptimas germinaciones.