El hecho ocurrió en la Antártida, donde un grupo de científicos intentaba recolectar imágenes de estos animales –los más grandes de entre todos los pingüinos– a través de una cámara que instalaron especialmente para el efecto.
Grande fue la sorpresa de la comitiva cuando los pingüinos tardaron poco y nada en divisar el dispositivo, tumbarlo al suelo y sacar la particular selfie. El video fue difundido por la propia Australian Antartic Division y rápidamente se volvió viral.
La imagen de los pingüinos hizo recordar un caso anterior en el que fue protagonista Naruto, un mono que en Indonesia, en el 2011, le quitó la cámara al fotógrafo britántico David Slarter para captar una autofoto. En esa oportunidad el tema llegó incluso a instancias judiciales por los derechos de la imagen.