El falsacionismo o racionalismo crítico es una corriente de pensamiento en pos del conocimiento. Para Popper, contrastar una teoría significa intentar refutarla mediante un contraejemplo. La falsabilidad es un principio epistemológico que determina criterios para establecer una demarcación entre teorías científicas y las que no lo son, basándose en la posibilidad de falsar las primeras. Falsar es desmentir un enunciado o teoría científica. La epistemología estudia el conocimiento científico y sus condicionamientos.
ENEMIGOS DE LA SOCIEDAD ABIERTA. Popper defiende la sociedad abierta contra sus enemigos, definidos por el autor como el historicismo, el colectivismo, el positivismo ético y el relativismo. Afirma que la democracia no excluye jerarquía social, pero es una estratificación basada en el carácter y el esfuerzo. Critica las teorías del historicismo teleológico según el que la historia se desarrolla inexorablemente de acuerdo con leyes universales. Acusa como totalitarios a Platón, Hegel y Marx, quienes confiaron en el historicismo para sostener sus filosofías políticas. De acuerdo con Popper, la característica central del conocimiento humano es ser provisoria (es decir nada definitivo) y falible (que puede fallar o equivocarse), implicando que la sociedad debe estar alerta ante tales adjetivos y abierta a puntos de vistas alternativos. Consecuentemente, una sociedad abierta está asociada con el pluralismo religioso y cultural. Se trata de aquella en la que se respetan las libertades de los ciudadanos, existe un diálogo multidireccional y se tienen en cuenta sus propuestas. No hay una imposición de criterios por parte de los gobernantes.
CIENCIAS SOMETIDAS A VERIFICACIÓN PERMANENTE. Por lo tanto, una teoría en las ciencias empíricas nunca puede ser probada ni comprobada establemente y menos aún definitivamente confirmada, sino que debe ser falsada. Esto significa que hay que examinarla con experimentos decisivos para distinguir la ciencia de la seudociencia. Karl Popper es conocido por su vigorosa defensa de la democracia liberal y de los principios de crítica social. Creía que hacían posible una floreciente sociedad abierta. Su filosofía política abarca ideas de todas las principales ideologías políticas democráticas e intenta conciliarlas. Ellas son la socialdemocracia, el liberalismo clásico y el conservadurismo liberal.
CONTRA TOTALITARISMOS Y AUTOCRACIAS. Popper se propuso combatir lo que él mismo definió como “libro de guerra” contra totalitarismos populistas, en los que se fundamenta el determinismo histórico. Según este, la historia de la humanidad está predeterminada de antemano, al estar gobernada por supuestamente inexorables leyes, asimilables a las de las ciencias naturales. Así Marx criticó el capitalismo como un sistema de explotación del proletariado y auguró su desaparición, recurriendo para ello al determinismo histórico. Según Marx, el injusto sistema capitalista desaparecerá (pues así lo dictan las inexorables leyes del progreso histórico) y será sustituido por la utopía del comunismo (de allí las palabras de Kruschev: “Les guste o no, la historia está de nuestro lado”). Lo único que podemos hacer por nuestra parte es tratar de atenuar “los dolores del parto”, decía Marx. Popper argumenta de forma muy persuasiva que todos los sistemas filosóficos basados en el determinismo histórico están equivocados (pues no existen tales leyes inexorables que determinen el destino de la humanidad) y, peor aún, conducen a sus seguidores a sostener planteamientos moralmente inaceptables. Habiendo considerado lo anterior, es argumentable que los males del capitalismo identificados por Marx pueden y deben ser solucionados mediante una moderada intervención de un Estado moderno, con participación proactiva del sector privado y de la sociedad civil, así como lo propone la moderna Economía Social de Mercado.