En el interior de una avioneta proveniente de Bolivia que tuvo que hacer un aterrizaje forzoso, las autoridades encontraron 343 kilos de cocaína, en la zona conocida como Parque Cué, en el Chaco, a pocos kilómetros de la frontera boliviana, el 13 de setiembre de 1990.
El caso fue presentado como una entrega vigilada. Años después, el piloto de aquella avioneta, Amado Recalde, afirmó públicamente que el dueño de la carga era el general y entonces presidente Andrés Rodríguez. En 1996 Miguel Estigarribia, uno de los participantes en el operativo, acusó a Rodríguez de luego intercambiar la cocaína por sal inglesa.
El 10 de octubre de 1994, el jefe de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), el general Ramón Rosa Rodríguez, fue asesinado luego de dejar a su hija en el colegio, en plena capital. Ese día tenía previsto reunirse con el presidente de la República, Juan Carlos Wasmosy, para presentarle información nueva sobre las estructuras de narcotráfico que operaban en el país. Hasta hoy se especula que los datos salpicaban a políticos de peso.
El único procesado por lo ocurrido fue el ex capitán Juan Emiliano Ruiz Díaz, condenado a 25 años de cárcel. Hasta hoy se desconoce el móvil del crimen.
A finales de 1996, el Congreso rechazó un pedido de desafuero realizado por la Justicia para investigar al general Rodríguez –quien ya había sido sindicado como un narcotraficante por la revista estadounidense Selecciones del Reader’s Digest durante la dictadura– por su presunta vinculación con el tráfico de droga. Rodríguez falleció poco después.
Última Hora recuerda este acontecimiento en su revista especial publicada el 8 de octubre por su aniversario 45.