La comedia negra, que sigue a una familia pobre que se infiltra en un hogar rico, en una mirada casi universal al abismo de clases cada vez más amplio, sumó un total de cuatro estatuillas, incluida la de mejor filme internacional y mejor director.
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Parásitos, la ácida comedia negra del surcoreano Bong Joon-ho sobre la pobreza y la riqueza modernas, se llevó cuatro Oscar, entre ellos el de Mejor Película, otorgado por primera a una cinta en un idioma diferente del inglés.
“Nunca escribimos para representar a nuestros países”, dijo Bong. “Pero este es el primer Óscar para Corea del Sur. Gracias”, dijo Bong, ayudado por una traductora, a los asistentes a la gala al recibir la estatuilla a mejor película internacional.
La cinta ganó además Mejor Guión Original, y se convirtió en el primer filme surcoreano en ser reconocido por la Academia estadounidense.
La sátira sobre las desigualdades sociales se había llevado la Palma de Oro en Cannes el año pasado y el Globo de Oro a mejor película extranjera recientemente. Los pronósticos de la industria la daban como una fuerte favorita.
La película “pasará a ser una de las mejores películas de la historia y, sin duda, una de las más importantes”, dijo a la AFP Jason Bechervaise, profesor de la Universidad Soongsil Cyber de Corea.
“Hay muchísima ira política en todo el mundo exacerbada por una sensación tangible de ampliación de la desigualdad social, y ‘Parásitos’ retrata esto de manera muy efectiva”.
“El dinero es una plancha”
La película sigue a una familia de clase baja de Corea del Sur que maneja astutos mecanismos de estafa para sobrevivir y que consigue la forma de que todos sus miembros trabajen para una familia acomodada de Seúl como tutores de los hijos, chofer y ama de llaves.
Para ello, falsifican un título universitario y organizan una trama repleta de mentiras que termina conduciéndolos a una violencia desgarradora en la espaciosa y lujosa casa llena de secretos de la que se apoderan.
Todos desempleados al comienzo de la cinta, padre, madre, hermano y hermana viven en un sótano sucio y plagado de cucarachas sin acceso a WiFi en uno de los países tecnológicamente más avanzados del mundo, y se ven delatados en su pobreza por el olor a húmedo de sus ropas, al que sus sofisticados patrones no están acostumbrados.
Antes de que ocurra el desastre, la madre de la familia pobre dice: “El dinero es una plancha; alisa todas las arrugas”.
La crítica recibió a la cinta de forma casi unánimemente positiva. En Parásitos, los personajes pobres son pobres no solo porque carecen de un cierto nivel de ingresos, sino también por la forma en que están conectados con los ricos, dijo John Lie, profesor de sociología en la Universidad de California, Berkeley.
La película “hace un buen trabajo de cómo la pobreza y la riqueza están inextricablemente entrelazadas; los ricos son parásitos de los pobres, como lo son los pobres de los ricos”, dijo Lie a la AFP.
Punto de vista asiático
El éxito de Parásitos se produce cuando el dominio global del idioma inglés supone uno de los mayores desafíos permanentes para los cineastas que trabajan en otras lenguas, y doblemente en el mercado de cine más grande del mundo, Estados Unidos.
Bong instó a los cinéfilos estadounidenses a que “superen la barrera de una pulgada de altura de los subtítulos” para disfrutar de “muchas más películas increíbles”, al recibir el Globo de Oro el mes pasado a mejor película extranjera.
El triunfo del Oscar para Parásitos es un gran avance para las películas subtituladas, y “abriría aún más las puertas y haría que los productores y distribuidores internacionales tuvieran más probabilidades de invertir en películas en idiomas distintos al inglés”, dijo Deborah Shaw, profesora de estudios de cine en la Universidad de Portsmouth en Reino Unido.
La película demuestra “que una historia sólida contada con experticia y con un atractivo universal puede superar” la barrera del idioma, agregó la académica.
El realizador vietnamita estadounidense Bao Nguyen consideró que la victoria de Bong en los Oscar es “un ejemplo a seguir por los aspirantes a cineastas asiáticos y estadounidenses”.
Parásitos está “profundamente arraigada en su representación de la sociedad coreana sin tener que complacer de ninguna manera al público extranjero”, dijo a la AFP, y agregó: “Ver que se celebran historias con un punto de vista asiático es un gran logro”.