“La ocupación ilegal y la interrupción de las operaciones normales, como impedir la rotación del personal, socavan el funcionamiento seguro de las centrales nucleares en Ucrania y aumentan considerablemente el riesgo de accidente”, indicaron en un comunicado conjunto el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y la comisaria europea de Energía, Kadri Simson.
Los dos recordaron que la “tragedia” de Chernóbil (norte de Ucrania) ha tenido “amplias consecuencias” en Ucrania, Bielorrusia, Rusia y otras partes de Europa y ha causado víctimas mortales, sufrimiento humano, daños a la salud a largo plazo, escasez de alimentos y contaminación del medioambiente.
Unas 350.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares en zonas gravemente contaminadas, con consecuencias sociales y económicas que continúan hasta hoy, apuntaron.
Así, recalcaron que “la agresión ilegal e injustificada de Rusia en Ucrania vuelve a poner en peligro la seguridad nuclear en nuestro continente”, y que el Ejército ruso “ha atacado y ocupado los emplazamientos nucleares ucranianos, dañando imprudentemente las instalaciones”.
Borrell y Simson reiteraron su “máxima preocupación por los riesgos de seguridad y protección nuclear causados por las recientes acciones de Rusia en el emplazamiento de Chernóbil”, y pidieron a Moscú que devuelva el control de la central nuclear de Zaporiyia, ocupada a las autoridades ucranianas, y que se abstenga de realizar más acciones contra las instalaciones nucleares.
“Reafirmamos nuestro compromiso con los más altos niveles de seguridad nuclear y salvaguardias en todo el mundo y acogemos con satisfacción y apoyamos plenamente los esfuerzos del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) para prestar asistencia, a petición del Gobierno ucraniano”, afirmaron.
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Los responsables comunitarios llamaron a la comunidad internacional y a todos los actores relevantes para “iniciar inmediatamente una reflexión” sobre cómo mejorar los instrumentos internacionales existentes para proteger las instalaciones nucleares en un contexto de la guerra, y sobre si podrían ser necesarios “nuevos instrumentos específicos.”
El accidente en la planta de Chernóbil en 1986 desencadenó una respuesta mundial y generó una nueva conciencia sobre los problemas de seguridad nuclear.
La UE ha prestado un amplio apoyo para garantizar la contención segura del reactor número 4 de Chernóbil, la gestión eficaz de los residuos radiactivos y la asistencia a las regiones afectadas.
Contribuyó con 432 millones de euros para el nuevo sarcófago de contención del reactor accidentado y ha concedido préstamos por 600 millones de euros, junto con el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, al Programa de Mejora Integral de la Seguridad nuclear de Ucrania.
Bruselas recordó que las lecciones aprendidas del accidente de Chernóbil también dieron lugar a nuevos convenios internacionales e instrumentos de Euratom para mejorar la seguridad del funcionamiento de las instalaciones nucleares, la seguridad de la gestión de los residuos y el intercambio de información en caso de emergencia nuclear.
Todos los Estados miembros de la UE son parte de estos convenios y siguen apoyando todos los esfuerzos para reforzar la seguridad nuclear en todo el mundo.