Pavão dio su última nota a la Revista Época del Brasil en el año 2011. La nota se realizó en el penal de Tacumbú, donde permanece recluido tras ser detenido en nuestro país en el año 2009, luego de un fuerte operativo emprendido por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad).
“Son cosas que le gente comenta. Cuando me apresaron en 1994 les dije que nunca más iban a volver a detenerme. Estuve preso 3 años por culpa de mi cuñado, que estaba en el tráfico de drogas. Nunca negué que fui, pero supe cuándo detenerme, después trabajé vendiendo vehículos, fui constructor, compré terrenos y construí propiedades para vender”, decía en aquel entonces.
“Hoy tengo unas empresas cuyos nombres me reservo de citar porque sufro una persecución muy grande. Mis hijos quedaron traumatizados por los operativos que se hacían antes, entraban a mi casa, era un infierno mi vida. Por más que pagué por información, la persecución no paró, empeoró. La prensa de Brasil sacó que yo pagaba a un comisario, pero solo pagué a un agente para que me dejen de perseguir”, proseguía.
“Yo vivo como un preso común acá en Paraguay, intento hacer lo que puedo. Siempre hice obras de caridad, participo con la iglesia, que tiene varios programas, soy adventista del Séptimo Día. Todavía no me bauticé porque el compromiso con Dios es muy serio, necesito que Dios me perfeccione algunas cosas. Por ejemplo, si yo amo a mi prójimo no puedo tener una empresa que vende cerveza o cigarrillos. Pidieron mi extradición acá (Paraguay), la Policía comenzó a investigar una empresa legal que tengo, de venta de bebidas, vendí menos de lo que compré y me acusaron de lavado de dinero”, señalaba en su momento.
El nombre de Jarvis Chimenes vuelve a ser noticia luego de que el Ministerio Público haya allanado propiedades del mismo al ser sospechoso del brutal asesinato al narcotraficante Jorge Rafaat. Presumiblemente, la muerte de este último se trata de una acción del grupo de Pavão para quedarse con las rutas de tráfico en la frontera de Paraguay y Brasil.