El anuncio pasó casi desapercibido, pero es una gran noticia para los propietarios de vehículos particulares, fleteros, camioneros, taxistas, colectiveros y transportistas en general.
Según viene publicando ÚH en su edición impresa (ultimahora.com/c2989455 y ultimahora.com/c2989782), este mecanismo funcionaría de forma similar al subsidio al transporte público, es decir, cuando el precio de los combustibles aumente por encima de un monto a determinarse, el Estado interviene para mantener o atenuar el incremento mediante subvenciones a importadores o emblemas distribuidores.
Esta medida, antes que económica, financiera o fiscal, tiene un tinte de protección social, ya que tiene el objetivo de ayudar a la economía familiar ante posibles shocks que afecten a los ingresos, y por sobre todo, a la calidad de vida y al bienestar.
Ahora bien, hay algunas incógnitas, o más bien interrogantes, que deben manejarse con mucha prudencia, atendiendo a que pueden fácilmente convertirse en un arma de doble filo.
Una de ellas es el fondeo. Inicialmente, todo apunta a que la primera capitalización de esta herramienta se hará mediante la toma de nueva deuda o el redireccionamiento de los créditos o préstamos ya existentes.
Hoy el Paraguay tiene muy poco margen de endeudamiento. La necesidad de ir retornando a la regla fiscal, tras tres años de aplicación de la cláusula de escape, empuja al Fisco a ir disminuyendo la toma de deuda y los gastos.
Para este año, la proyección oficial es que el déficit fiscal no supere el 3% del PIB, lo que atendiendo los posibles impactos de la sequía y del conflicto entre Rusia y Ucrania en la recaudación tributaria, es un nuevo desafío para el Ministerio de Hacienda. Sin embargo, es sumamente importante que el plan de convergencia sea respetado, ya que solo de esa manera se puede garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas en el corto y en el mediano plazo.
Así las cosas, pareciera que la opción más factible es un redireccionamiento de los créditos ya en ejecución. Los datos oficiales indican que, en este 2022, el Presupuesto Público dispondrá de aproximadamente USD 1.600 millones vía endeudamiento para financiar los diferentes proyectos o programas del Estado.
Otra de las interrogantes es la sostenibilidad del fondo. El Estado paraguayo tiene una baja carga tributaria, lo que financia solo el 35% del Presupuesto Público, por un lado. Por el otro, la necesidad de ir retornando a la regla fiscal, pero al mismo tiempo de seguir invirtiendo en infraestructura, acota el margen de disponibilidad de la deuda.
Una solución podría ser que el fondo se financie con contribuciones o aportes continuos de las binacionales, entidades que generan mucha riqueza, pero cuyas inversiones no parecen generar impacto en el común de la gente.
Lo positivo de nuestro país, entre comillas, es que somos los últimos en todo.
Según dijeron desde el Equipo Económico Nacional, los técnicos estatales están mirando las experiencias de países de la región como Chile, Colombia y Perú, experiencias que nos pueden enseñar qué se hizo bien, qué se hizo mal y qué se puede corregir o mejorar.
En medio de tantas malas noticias en las últimas semanas, es esencial que esta herramienta funcione correctamente, porque se convertirá en un alivio importante para muchísima gente.