Una vez más, China mostró su verdadera cara al mundo. El régimen de Pekín modificó sin consulta previa con Taiwán y en forma unilateral tres rutas aéreas civiles en el Estrecho de Taiwán, ignorando la normativa de la Organización Internacional de la Aviación Civil (OACI). Lo ocurrido tiene como motivo imponerse arbitrariamente en el Estrecho, poniendo en peligro los vuelos comerciales y socavando la seguridad y estabilidad de la región.
Existe una línea media divisoria en el Estrecho de Taiwán. El 30 de enero de 2015 ambos gobiernos de Taiwán y China habían llegado a un acuerdo sobre la ruta M503 (en dirección sur) que los aviones civiles pasaban tan solo 6 millas (10 kilómetros) del oeste de la línea media. Recién el 30 de enero de 2024, China anunció unilateralmente el cambio de dicha ruta y agregó dos en dirección este (W122 y W123), que llegarán más cerca de la línea media por solo 1,11 millas (1,77 kilómetros).
La sección 4.2.6 del Manual de Planificación de Servicios de Tráfico de la OACI establece que los cambios en cualquier red de rutas deben realizarse después de haber sido coordinados con todas las partes interesadas. La Administración de Aviación Civil de Taiwán es la única autoridad para la Región de Información de Vuelos de Taipéi (Taipéi FIR), el anuncio chino de modificar una red de rutas relacionadas sin consulta previa con Taiwán constituye una grave violación de la normativa de la OACI y pone en peligro los vuelos comerciales, por lo que subraya la irresponsable naturaleza autoritaria de China.
Es un acto brusco e irrazonable por parte de China, así como el lanzamiento diario de globos espías en el espacio aéreo de Taiwán después de las elecciones presidenciales, su propósito es solo uno, perjudicar la democracia de Taiwán. Al modificar el statu quo en el Estrecho de Taiwán, se tendrá un grave impacto en la seguridad aérea regional, la estabilidad y la paz de la zona. Exhortamos a la comunidad internacional a prestar la debida atención a este asunto y a pedir conjuntamente a China que negocie lo antes posible con Taiwán la activación de estas nuevas rutas aéreas. Si China se aferra obstinadamente a su postura, deberá asumir las graves consecuencias que afectarán a las relaciones entre ambos lados del Estrecho.
