Los tres Reyes Magos eran en realidad astrónomos que investigaban un fenómeno. Melchor, Gaspar y Baltazar eran hombres dedicados a la observación astronómica y entendían que las diferentes estrellas y constelaciones tenían un mensaje, que finalmente les llevó a realizar un largo viaje hasta Israel.
Blas Servín, responsable del Centro Astronómico Bicentenario, explicó a ÚLTIMAHORA.COM los escritos de famosos astrónomos sobre la estrella de Belén.
“El 13 de agosto del año 3 a.C. se pudo ver desde el actual territorio iraquí una conjunción entre Júpiter y Venus, en la constelación de Leo. Júpiter era en la antigüedad ‘el planeta real’, Venus, la diosa romana de la fertilidad, y Leo, el ‘león de Judea’. El hecho implicaba el nacimiento de la descendencia del rey de Judea”, explicó el profesor.
Indicó que por eso se interpreta como una tradición que los astrólogos de Oriente (se los considera así pese a que en la época la astronomía no era aún una disciplina científica) viajaron desde Abadan, al norte de Kuwait, por Damasco y Jerusalén, para entrevistarse con Herodes.
Todo esto se analizó con base en las creencias de la época. Herodes después ordenó la matanza de los menores de dos años por ver su trono amenazado, “pero esa es harina de otro costal”, manifestó Servín.
El recorrido de los Reyes Magos fue reproducido en tiempo real hace unos años y se confirmó que duró diez meses. Registros astronómicos certifican, según palabras de Servín, que el 18 de junio del año 2 a.C. ocurrió en Judea, al atardecer, la misma conjunción de astros: Júpiter y Venus se habían encontrado nuevamente en la constelación de Leo.
La tradición sobre los Reyes Magos tiene varios aspectos sujetos a estudios.
Se debe tener en cuenta que en esos tiempos se creía que las conjunciones celestiales tenían una suerte de influencia sobre la vida de las personas. “Hoy sabemos que se trata de meras reuniones en perspectiva, sin ninguna influencia sobre la vida del hombre en la Tierra”, manifestó.
Servín indicó que este es el registro astronómico más notable de la época en esa región. También busca derribar un mito: la estrella de Belén no pudo haber sido un cometa.
“Los cometas son objetos impredecibles y al ser impredecibles son de mal augurio. La incorporación de los cometas en la imagen del pesebre se da en el año 1303, cuando el pintor italiano Giotto, quien había visto el cometa Halley en el año 1301 por los cielos, pinta al cometa en su obra ‘La adoración de los Reyes Magos’, en la Capilla de los Scrovegni, Padova, Italia”, dijo.
Otra teoría reproducida en un documental de la BBC indica que Jesús nació en realidad en el año 6 a.C. y el error reside en los malos cálculos del monje escolástico Dionisio el Exiguo en el siglo VI d.C.
Así también, el astrónomo Michael Molner interpreta a la estrella de Belén como el brillo de Júpiter en Aries. También se puede comprobar que esto sí ocurrió en el año 6 a.C.