Por Eduardo Villalba | @favillalba90
En las últimas elecciones municipales se destaca el ya sonado caso de Tony Apuril, concejal electo por el Partido de la Juventud (PJ), agrupación que logró la cantidad de votos necesarios para incorporar a la Junta Municipal a otros dos representantes, además del humorista.
¿Cómo hizo para llegar a ser hoy la tercera fuerza en Asunción? El mismo Apuril explicó en diferentes entrevistas que su campaña se caracterizó por la austeridad -dijo que no gastó más de G. 25 millones- y que principalmente se dedicó a hacer llegar su mensaje a las personas que lo querían escuchar.
Usó principalmente una bicicleta (que en principio iba a ser una moto), un cartel y un megáfono para hacer campaña, además de bolígrafos y unas pocas calcomanías. Luego, como principal arma, utilizó de manera bastante creativa las redes sociales.
Tony explicó que usaba el Facebook no solo para postear su foto y eslogan, como se suele hacer, sino que también aprovechaba para contactar con las personas que lo querían recibir en sus barrios y así exponer sus propuestas. Igualmente, se subía a los micros para hablar con la gente y hacer llegar su mensaje.
¿Cómo surge esta campaña?
Eduardo Valiente, del Taller de Políticos, explicó que se acercó hasta Apuril para trabajar con él, ya que veía un gran potencial en su candidatura. “Cuando me enteré que se lanzaba hablamos y le dije que no puede ser que yo, que me desayuno, almuerzo y ceno política todos los días, no me haya enterado de que él era candidato. Llegamos a un acuerdo y quedó encantado con la propuesta”, señaló.
Asimismo, indicó que en cierto modo se trató de un emprendimiento algo sui géneris. “Definitivamente no fue un experimento porque contamos con una metodología de trabajo que supimos aplicarla. Ahora, la coyuntura sí era completamente distinta, nunca trabajamos con tan pocos recursos, pero sin embargo, supimos administrar bien lo poco que teníamos”, refirió.
¿Qué fue diferente en relación con otros candidatos?
“La diferencia con otros proyectos electorales fue que supimos explotar a nuestro favor el recurso donde teníamos ventaja, que es la imagen de Apuril”, comentó Valiente.
“Identificamos lo justo, encontramos y segmentamos un electorado, construimos un mensaje claro para nuestro segmento, en distintas formas, y entonces sabíamos qué decir, a quién decir, cómo, por qué medios y cuánto nos iba a costar. Yo percibí que una gran cantidad de candidatos comunicaban en campaña para todos, tenían un mensaje en general, era como una bala perdida”, añadió.
La sociedad evoluciona, igual la política
Eduardo resaltó además que la sociedad está en constante evolución y que eso también afecta la forma de hacer política, y con la política evolucionan las campañas electorales.
“Hay generaciones que utilizan medios de comunicación contemporáneos, la televisión, la radio o Internet, hay que identificar quiénes son para llegar a ellos. El político que se queda estancado en el tiempo, el que cree que comprando voluntades o pagando empleados debe ser la forma de hacer política, está condenando al fracaso, eso se irá acabando de a poco”, comentó.
Señaló, además, que esta es una realidad que se observa no solo en Paraguay, sino que también se manifiesta en otras partes del mundo.
“El fenómeno Obama fue una tendencia, Antanas Mockus y las redes sociales fueron una tendencia, Macri es hoy una tendencia, y con esta campaña que hicimos, donde pusimos mucha creatividad, pero sin embargo, hicimos más política que marketing”, indicó.
Incluso, agregó que el fenómeno Tony Apuril será expuesto en Lima Perú los días 2, 3 y 4 de diciembre, en un evento de la Cumbre Mundial de Comunicación Política.
Una invitación al ciudadano “común”
¿Se puede hacer una campaña como esta con un candidato desconocido? Valiente considera que pese a que en el caso de Apuril su figura fue importante, no es lo único que pesa a la hora de encarar una campaña exitosa.
“Todas las campañas electorales son distintas, distintos actores, distintos ambientes, distinto todo. Solo es necesario un poco más de tiempo e identificar otros recursos para usarlos a nuestro favor. En síntesis, el que gana no es el que más dinero tiene, sino el que mejor lo sabe administrar”, dijo.
“El dinero es importante, pero no determinante. Ser famoso es un gran recurso, pero es necesaria una estrategia. Es el momento de ir evolucionando en campañas electorales, dejar de lado las prácticas tradicionales, de acercarse más a la gente, de acercar políticos y ciudadanos. De eso se trata”, remató.