Virus mortal. La infección vírica puede desencadenar hepatitis (inflamación del hígado), insuficiencia hepática (hígado), encefalopatía (cerebro), miocarditis (corazón), hemorragias severas y choque. La enfermedad en la fase grave puede provocar, incluso, la muerte. El dengue puede ser leve o grave.
La afección no solo deshidrata, también afecta a los órganos y en algunos casos puede ser fulminante, explicó la doctora Gloria Brítez, clínica médica del Hospital de Clínicas. El drama en los pacientes con dengue son las complicaciones que se pueden presentar en forma aguda y crónica.
“No en todos se producen las mismas complicaciones, a algunos se les complica el hígado, a otros la parte cardiovascular, otros hacen una neumonía, otros nada”. El virus, en algunos casos, en la forma aguda provoca la permeabilidad capilar en los órganos. Este proceso hace que el líquido pase a los órganos vitales, a cuyo proceso se llama edema, que produce un dolor abdominal agudo.
“Hay edema de pared abdominal, pared del intestino, edema del hígado, edema de la vesícula. Todo ese mismo proceso se produce en los pulmones, por eso el paciente hace lo que nosotros llamamos una neumonía por afectación y dilatación. También puede hacer una miocarditis y hepatitis”, desglosó la doctora Brítez.
CASOS. La complicación depende del estado de cada paciente, no todos sufren las secuelas. La hepatitis generalmente se produce por el exceso de consumo de paracetamol, no por el virus correspondiente. Las personas con enfermedades de base como cardiacas, hipertensas y otras, requieren un mayor cuidado, indicó.
“Si tuvo líquido en los pulmones, el paciente va a tener cansancio, tos. Si ya tiene un problema cardiovascular o pulmonar previo va a complicarse desde ese punto de vista. Si tiene un problema cardiaco, hay que tener cuidado porque va a hacer mayor insuficiencia cardiaca”.
Otro de los focos de ataque del virus es la sangre. “La plaqueta desciende (que es la que se encarga de coagular la sangre) y hace que el paciente sangre. Puede sangrar en el cerebro, encías, por todas partes”. Cada caso recibe un tratamiento.
La sensación de cansancio más conocido como kangy, posterior a la enfermedad, puede tener una duración de hasta 30 días. Reposo y consulta precoz son las recomendaciones.