Se prevé que en el trascurso de este viernes o en los próximos días el presidente Santiago Peña promulgue su proyecto “estrella”, Hambre Cero en las escuelas, que en la víspera fue sancionado por el Congreso Nacional en una sesión extraordinaria, donde la mayoría cartista cercenó el debate.
Si bien, es un proyecto ambicioso porque pretende asegurar el almuerzo escolar a 1.300.000 niños, niñas y adolescentes del país en etapa de desarrollo durante los 180 días del año escolar, según las voces oficiales del Gobierno del Paraguay, se pone en duda la ejecución de una “política pública” ante las lagunas que presenta la propia ley.
Durante el debate, la senadora Esperanza Martínez, del Frente Guasu, realizó una intervención contundente respecto a la iniciativa insignia de Peña que, a su criterio, pasará de una política de derecho a “un fondo para comprar alimentos para algunos niños que supuestamente tienen hambre”.
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Martínez se refirió a la Ley 5210 “De Alimentación Escolar y Control Sanitario”, que pone a la educación y la salud como derechos universales para todos los niños del país, para hacer contundentes cuestionamientos a sus colegas oficialistas; dudas que se quedarán en el limbo, ya que ningún miembro de la bancada de Honor Colorado pudo responder.
La sanción de la Ley Hambre Cero deroga el Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide) y crea Fondo Nacional de Alimentación Escolar (Fonae), por el cual el 80% de los recursos será para almuerzo escolar y el 20% restante para infraestructura escolar.
¿Qué se dejará de financiar?
Los recursos del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide) se distribuían en un 25% al Tesoro Nacional para programas y proyectos de infraestructura; 26% al Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI); 25% a las gobernaciones departamentales y municipalidades; 10% para el Fondo Nacional para la Salud; 7% para la capitalización de la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) y 7% para el Arancel Cero.
Martínez mostró ante sus colegas diapositivas detalladas de la distribución de los recursos del Fonacide según los montos establecidos en el Presupuesto General de la Nación 2024.
El 10% que va al Fondo Nacional de Salud representa en términos monetarios USD 49.794.463 y servía para financiar programas para la salud mental, atención integral a pacientes oncológicos y para la provisión de medidas, insumos y equipos para el Ministerio de Salud.
Mientras que el FEEI dispone para este año de un presupuesto de USD 72.960.767, que representa el 25.9% del Fonacide.
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“Si no mienten que realmente todos estos proyectos que son financiados por el Fonacide, van a tener su traducción en el Presupuesto General de la Nación con Fuente 10; necesitamos poner USD 72 millones para Educación y la Investigación, necesitamos USD 49 millones para Salud”, cuestionó.
"¿Por qué, si la voluntad política es que estos fondos no desaparezcan, no ponen con nombre y apellido en el PGN con las mismas asignaciones?”, preguntó.
Con la sanción del proyecto Hambre Cero, la normativa que creaba el Fonacide deja de existir, por lo tanto, estos programas pierden ese financiamiento.
Ante los cuestionamientos, el Gobierno afirmó en su momento que dichos programas serán reasignados dentro del presupuesto de las instituciones a cargo, con recursos del Tesoro Público.
El único programa que queda fuera de esa derogación es Arancel Cero en las universidades públicas del país tras la modificación que introdujo Diputados en su financiamiento, logrando así anestesiar a los universitarios que se manifestaban en las calles.
De ser promulgado, el programa de gratuidad en las educación superior pasará a depender de Fuente 10 de los Recursos del Tesoros (impuestos).
Dicha modificación se vendió como un “blindaje y una victoria”, pero los antecedentes refieren que la mayor parte de los recursos de Fuente 10 van para el pago de salarios de los funcionarios públicos y se maneja de acuerdo con la disponibilidad de recaudación.
Déficit de Hambre Cero
El Fonacide engloba el millonario presupuesto estipulado en USD 306.396.370, dinero que pasará a financiar el programa Hambre Cero.
La senadora del Frente Guasu expuso que, de acuerdo con el Registro Único de Estudiantes (RUE), “tenemos que proveer 130 millones de raciones para llegar como derecho al 100% y necesitamos que esas raciones estén vigentes por 180 días en el año” .
“Si esas raciones cuestan G. 12.000, necesitamos USD 400 millones para que sea 100%, que ni si quiera alcanza”, recriminó.
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A este programa se le tiene que sumar la merienda escolar, que representa otras otras 130 millones de raciones por 180 días, por lo cual se necesitarán de otros USD 200 millones.
Esto, si la merienda cuesta más o menos G. 6.000. “El déficit es del casi 50% para llegar a la meta del programa”, afirmó Martínez.
Para la senadora, el verdadero motivo por el cual el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (Inán) no están dentro de la ley es porque “la política de esta ley no es poner a los niños en el centro de la discusión, sino poner a las empresas proveedoras que van a estar mejor articuladas y el negocio se va a concentrar en 16 o 17 gobernaciones, más el Ministerio de Desarrollo”.
“Por eso que es peligro cuando las políticas públicas hacen los economistas sin los cientistas sociales, sin el sector de la educación, sin el sector de la salud, para mirar a las personas de manera integral y no como un negocio para buscar los fondos”, sentenció.
Martínez advirtió que “los datos son claros” y lamentó lo que va a suceder con ley.
De acuerdo con los datos publicados en la sesión extraordinaria, Hambre Cero necesitará USD 600 millones solo para el almuerzo escolar; no obstante, con la derogación del Fonacide solo tiene USD 300 millones.
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“Esos 300 millones de dólares que le van a sacar a Educación y Salud y no tienen manera de reponerlos con Fuente 10. Van sacar la garantía de la ley para dejar al capricho del ministro de Economía de turno”, reprochó Martínez.
El futuro presidente del Congreso, el senador Basilio Bachi Núñez, reconoció que no tienen el dinero, pero para él no es un motivo de preocupación.
“Se preocupan de dónde vamos a sacar el dinero… Nosotros vamos a inventar, no se va a desfinanciar… Esto no va a ser un negociado”, manifestó.