15 abr. 2025

Las 21 leyes del Paraguay del siglo XXI (I)

La gente dice que en el Paraguay no existen leyes que se respeten. Pero, aunque esta creencia esté muy afirmada, intuitivamente, existen normas anómalas que rigen nuestras vidas. En cuanto a lo que llaman el imperio de la ley, el estándar siempre fue “acato, pero no cumplo”. La ley del ñembotavy.

En la perspectiva histórica, el Paraguay es un accidente geopolítico en modo de país tapón entre España y Portugal. Juntamente con el Uruguay, otro país tapón, ambos países son el resultado de sucesivas violaciones, sobre todo portuguesas, del Tratado de Tordesillas de 1494. Estas fueron empujando las fronteras de dicho Tratado trasladando la influencia lusitana hacia el oeste, con el impulso de los bandeirantes, y del dinero de la corona portuguesa y luego del imperio brasileño que fueron comprando territorios, haciendo guerras y entrenando a diplomáticos para ir negociando astutamente los nuevos dominios político-territoriales.

Dicho esto, estas dos naciones, Paraguay y Uruguay, son una especie de “outliers” con funciones y disfunciones. Sus respectivos gobernantes llevaron a estos dos países a posicionarse de manera diferente. No estamos hablando de la dimensión geográfica. Me estoy refiriendo a cuestiones culturales y de calidad institucional. En este sentido, Uruguay sería una ficción jurídica que funciona relativamente bien y el Paraguay es también otra ficción jurídica, pero que funciona relativamente mal. Dos mentiras geopolíticas que dieron cierto y errado, respectivamente.

Para caracterizar mejor al Paraguay, país mediterráneo, una isla rodeada de tierra, como dijera su máximo escritor Augusto Roa Bastos, –he estado recolectando veintiuna leyes que conforman–, le dan forma, y que rigen la marcha de la nación. Estas leyes se agrupan, de a tres, en siete dimensiones específicas, las cuales son la estructura, los modelos, el sistema, los actores, los elementos e insumos, las tipologías y las últimas realidades. Veamos las primeras nueve leyes.

La estructura

El Paraguay es un Estado que hoy es administrado por un gobierno que tiene tres ejes. El eje cultural, el eje económico y el eje estratégico. Estos funcionan de manera integrada y armoniosa, con efectos recíprocos y circulares que se retroalimentan mutuamente. Los unos con los otros. Los tres ejes que representan a la morfología nacional son una especie de teología laica, impulsada y financiada por un grupo económico que alquila la personería jurídica y la tradición de un partido político, para cooptar el poder con el objetivo de desarrollar actividades con fines lucrativos. Siendo así, este grupo empresarial ha convertido a la política en la principal actividad económica, y la más rentable de todas, del Paraguay. El eje cultural gana elecciones, el eje económico debilita el poder coercitivo del Estado y el eje estratégico, la teoría del negocio, cómo se hace dinero, genera beneficios en los mercados semiformales y criminales. Estas tres primeras leyes que le dan forma y fisiología al Estado nacional son las siguientes.

1.Dios, Patria y Familia. El eje cultural. Pura propaganda. Sirve como falso evangelio que se propone al electorado, mayoritariamente poco educado y tradicionalista, para poder ganar las elecciones. Los pastores laicos de la clase política de esta trinidad no llevan vidas consagradas y mucho menos coherentes con los principios predicados.

2.Estado débil y ausente. El eje económico. Supone mínima presión tributaria, enorme déficit infraestructural, físico y social, evasión, endeudamiento corrupto y pésima calidad del gasto. El Estado mínimo no tiene poder coercitivo ni voluntad política para ordenar la sociedad, mucho menos para castigar las violaciones al Estado de derecho. Y esto facilita el crecimiento del tercer eje.

3. Mercados del crimen. El eje estratégico. En este mercado, el Paraguay es el tercer país de Sudamérica, detrás de México y Colombia, en los rankings internacionales. La inseguridad jurídica es una de las características nacionales. El fiscal general del Estado confiesa que solo el 30 por ciento de los casos va a investigar, dejando sin efecto el 70 por ciento restante. Por falta de recursos, es la excusa. Luego, según el actual ministro del Interior, encargado de la seguridad interna de la nación, el narcotráfico inficionó todos los niveles del Estado paraguayo. Y afirma también que existen mil quinientos aeropuertos clandestinos. Se calcula, como supuesto, mil vuelos por mes, con doscientos kilos de cocaína en cada vuelo. Eso representaría a cuatro mil millones de dólares por mes de facturación a la mocro maffia europea, de Bélgica, Alemania y España. El valor anual ascendería a cuarenta y ocho mil millones de dólares por año, superando al PIB formal del Paraguay, que se ubica actualmente en alrededor de cuarenta y cinco mil millones de dólares año. Según estudios de Sebastián Acha y Hugo Royg, entre otros, la economía subterránea del Paraguay ascendería a 23.595 millones de dólares en el 2024.

Los modelos

Existen tres normas o leyes que representan a tres modelos de producción, y de organización política y social que se complementan. El primero, es la forma de producir riqueza en el sector formal de la economía. El segundo de ellos, define al funcionamiento del mercado en el Paraguay. El tercer modelo simula las relaciones políticas supuestamente democráticas y el manejo del poder real que está lejos de la política.

4.Primitivismo productivo. Consiste en generar riqueza de la manera más fácil, de la naturaleza, en modo extractivista, en vez de avanzar hacia modelos más productivos y eficientes, que redistribuyen mejor los beneficios de la economía, generando riqueza de la inteligencia humana. La pésima educación del paraguayo no es una anomalía. Es un proyecto deliberado con objetivos electorales, que tiene consecuencias en términos de informalidad laboral, baja productividad, explotación del capital humano y preeminencia del sector primario, agroexportador en el mercado financiero, político, etc.

5.Capitalismo de secuaces. Es el “crony capitalism” con puertas giratorias, afinidad de élites y negocios públicos que se transfiguran en privados. No existe mercado en el Paraguay. Solo acuerdos entre élites y uso del aparato del Estado en beneficio propio, por parte de las autoridades. El poder real está lejos de la política. Este gobierno no le habla a la gente. Les habla solo a los poderosos. Ya no existen presidente, legisladores y jueces en el Paraguay. Existen solo vendedores. El Paraguay no es una economía de mercado. Es una sociedad de mercado, lo que es algo totalmente diferente. Es la Catalaxia de L. von Mises y Hayek en su expresión degenerada, sin objetivo alguno que responda al bien común.

6.Democracia de fachada. Consiste en un modelo político donde se simulan elecciones, participación y representatividad. La revolución de 1989 fue apenas un golpe palaciego, la misma gente acólita del dictador tomó el poder en el Estado para continuar con el mismo modelo. Hace más de setenta años, prácticamente sin alternancia, el modelo está agotado.

El sistema

El sistema productivo se limita a tres prioridades. La trifecta macroeconómica que solo busca el equilibrio monetario, cambiario y fiscal. Hoy ya perdido. Nada más. Estabilidad monetaria o inflación moderada, con metas. Tipo de cambio libre relativamente estable. Déficit fiscal con meta del 1,5% sobre el PIB. Después de estos tres temas, nada debe ser considerado. Ya está todo debatido. “No hace falta pensar en las cuestiones estructurales” como educación transformadora, empleo formal, tecnología, industrialización, economía del conocimiento, etc. El sistema económico se reduce al triple equilibrismo y a la búsqueda del cumplimiento de las recetas de los organismos internacionales para seguir emitiendo deuda pública sin efecto endógeno. Ni más, ni menos. Es fácil ganar elecciones con déficit fiscal, deuda pública, clientelismo político, corrupción y nepotismo. Veamos.

7.Equilibrio monetario. La inflación se instaló en el Paraguay a partir del fin de la pandemia. El problema en el Paraguay es la oferta insuficiente de productos alimenticios, sobre todo frutas y verduras, para cubrir la demanda interna, en volumen y a precios accesibles. El contrabando desde Argentina compensaba o mitigaba la falta de productos a buen precio, debido a la brecha cambiaria entre el dólar blue y el dólar oficial. Luego, desde enero del 2024, con la llegada de Milei al poder, dicha brecha y el contrabando desaparecieron, por ende, los precios subieron. En el presente año la inflación promedio se disparó por encima de la meta, y la inflación de alimentos está casi fuera de control. Ya lo reconocen el presidente del Senado y el presidente de la Nación.

8.Equilibrio cambiario. El dólar siempre fue una mercadería relativamente escasa en los países subdesarrollados. Además, el Paraguay, como otros países, siempre está sujeto al deterioro de los términos de intercambio, entre sus productos que son commodities y los importados que se compran en dólares. En el 2024, por ejemplo, el volumen en toneladas subió más del 20% y el ingreso de dólares subió apenas 5%, por la caída de los precios. El dólar subió a marzo del 2025 versus enero del 2024 casi el 10% y en el 2024 versus el 2023 creció 6%. Desde el 2024 y en el 2025, el Banco Central está interviniendo generosamente en el mercado cambiario para mitigar la depreciación del guaraní.

9.Equilibrio fiscal. En el 2023 el déficit fiscal se disparó al 4,1% del PIB, muy por encima del 1,5% que exige la ley de responsabilidad fiscal. Hasta el 2013, desde el 2004 el Paraguay mantuvo pequeños superávits y mínimos déficits, pero desde el 2013 todo se destruyó. El déficit es acompañado por el endeudamiento público que saltó de 3.500 millones de dólares a más de 18.000 millones del 2013 al 2024. Se espera volver a la meta legal para el 2026. A esperar.

Conclusión

Estas primeras nueve leyes representan las dimensiones culturales y estructurales, de modelos productivos, y sistémicos de la realidad paraguaya. Sin embargo, la trascendencia se impone en la condición humana. Sea en forma individual o sea en modo colectivo. Muchas de estas leyes son perniciosas e impiden el desarrollo humano. El Paraguay es y debe ser el portador de una posible originalidad con relación al futuro, y con relación a todas las culturas. Somos un pueblo único y singular. No tenemos el antecedente anglosajón ni somos puramente hispanos. El país tiene el condimento indígena guaraní, comenzando por la propia lengua que construye la cosmovisión del mundo paraguayo. El modelo de la afectividad, que tenía preeminencia con relación al modelo de acumulación sinsentido, tiene algo de original. No sabemos aún cuál es el modelo exacto e ideal de país hacia donde debemos dirigirnos. En esta Semana Santa urge orar y reflexionar, pensando en plural como iglesia, sobre un porvenir venturoso y totalmente diferente. En una próxima entrega expondré las siguientes doce leyes, completando las veintiuna que rigen nuestras vidas. Al final de cuentas, el Domingo de Ramos anticipa la muerte y la resurrección que el Paraguay tanto necesita. Saludos cordiales.

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