Antonio Ramón Barreto
Historiador-Investigador
Desde tiempos remotos, la campana ha sido uno de los instrumentos principales de la comunicación del pueblo. Cada tañido tiene su lenguaje propio por el cual se difundía y aún difunde mensajes a la población, por citar algunos: Celebraciones religiosas y patrias; visita del Gobernador a los pueblos en época de la colonización. A través del tañido de la campana se llamaba a los pobladores para asistir a la plaza pública, ubicada –mayormente– frente a la iglesia (a fin de elegir autoridades, empadronamiento, entre otros) para comunicar orden, decreto; anunciaba catástrofe, fallecimiento, fin de la guerra, llegada de los excombatientes y nuevas autoridades políticas y eclesiásticas.
Las campanas se fabrican para uso particular (rancho, barco, ferrocarril) y público (escuela e iglesia); sin embargo, con el correr del tiempo fueron sustituidas por timbres en muchos lugares mencionados.
Recordemos que en 1866 las campanas de bronce, las rotas tanto como las sanas de todas las iglesias del Paraguay fueron fundidas en Ybycuí, propuesta por el técnico y dibujante inglés, Michael Hunter, para la fabricación del cañón el Cristiano, cuyo peso “de 980 arrobas (11.000 kilogramos) y 150 de calibre”, dicha artillería estuvo lista para su uso desde los primeros meses del año 1867.
En la batalla de Curuguaty, 21 de marzo de 1868, fue importante su utilización, posteriormente –según el inglés Jorge Thompson– arma monstruo, fue trasladado a Humaitá, en donde después del enfrentamiento sangriento quedó en manos de las fuerzas aliadas. Desde entonces está en el Museo Histórico Nacional (Río de Janeiro-Brasil), ya se había solicitado la devolución, pero lastimosamente no fue posible todavía, esperamos más temprano que tarde vuelva al suelo guaraní esta reliquia histórica. El cañón Cristiano fue también uno de los tantos trofeos de la guerra del 70, llevado por los adversarios.
LAS MÁS ANTIGUAS. Entre las campanas más antiguas del Paraguay, se considera que una de las tres más grandes se encuentra en la Catedral Metropolitana de Asunción. Posiblemente, fue enviada desde la Iglesia San Cosme y Damián, Jesuita, a Ybycuí para la fundición; sin embargo, se salvó. Dicha campana data de 1760 y en su inscripción se lee “Jesús, María y José… San Cosme y Damián, ora pro nobis”; la otra, lleva el grabado “República del Paraguay 20 de noviembre de 1832”. La más nueva, no tiene inscripción ni fecha.
Podemos mencionar también el reloj de la señalada catedral, de cuyo repique se escuchó por primera vez el 23 de abril de 1851, marcando la hora 12:00. Fue instalado en la torre derecha por el ingeniero Enrique Gowdin, inglés, acompañado por el alemán Juan Bukman. Entre los relojeros que mantuvieron el reloj de esta catedral –en los primeros tiempos– se encuentran Juan Conrad Wildberger y Olimpio Carletti, el señalado reloj fue reemplazado por otro moderno en 1884, y el antiguo fue trasladado a la iglesia San Lorenzo de Campo Grande. A modo de recordar, dicho reloj tuvo algunas averías durante los enfrentamientos acontecidos en Paraguay, del primero, el 2 de julio de 1908, sobrevivió, entonces el reloj fue agujereado a consecuencia de varios impactos de balas y en el engranaje quedó incrustado un cadáver. Otra averiada la sufría en 1922/3, durante la llamada Guerra Civil.
A propósito de otra campana antigua mencionamos la de San Miguel Misiones, Brasil, en cuyas inscripciones se lee; en superior “Angelus Pacis Michel Inae Des”; en inferior, “S. Michel Ora Pro Nobis Anno 1726”, además se observa el grabado con los iniciales en latín IHS (Iesus Hominum Salvator, conocido también con los iniciales JHS, significado Jesús salvador de los hombres) y sobre la H una cruz, símbolo de los jesuitas, y según el catálogo, su altura 109, cm; diámetro, 112 cm; estilo misionero y movimiento barroco.
VILLArRICA. Otra de las campanas antiguas es la que está en la torre derecha de la Catedral de Villarrica del Espíritu Santo, en la cual figura el año 1781, y la inscripción en latín “Ora Pro Nobis … María”, y otra en el frente que corresponde al año de la independencia patria, cuya grabación dice: “Sancte Antoni Ora Pro Nobis Anno 1811”; y la tercera, la más grande y nueva, está en la parte central de la torre en la cual se lee: “SS MO Sacramento, Donación de d. Felix de los Ríos; Año 1910; siendo cura párroco de Villarrica el Presbítero d. Sinforiano Brisuena”; en el sello leemos “Hijos de Murua…Real patente de…; Victoria España”; cuya altura 1 metro, 50 centímetros aproximadamente; su perímetro base más de 4 metros; 10 centímetros de grosor, pesa como 1.200 kilos, esta campana y el reloj de la torre fueron adquiridos por el mencionado padre y se levantaron en 1910, del mantenimiento del reloj y ajustes se encargaban –siguen– los Matto, hijos, primos, nietos y bisnieto (Patrocinio, Dionicio Demesio, Rubén, Luis Alberto, Francisco Javier, Mathia) desde 1958 hasta la fecha.
Yvaroty de VillarRica. La iglesia de Yvaroty es una de las que más llama la atención a los turistas por la bella construcción. En su campanario se encuentran dos campanas, y en la más grande encontramos los siguientes inscritos: abajo, “Donación María Roa Vda. de Careaga”; arriba, “Dcion. Mat. Naval y Ast. Asunción 1960”; y en la más chica, soldada y rota, leemos “Al Guayra a su Virgen de la Asunción Estefana V. Vda. Cusmanich 15 de agosto de 1939”
A propósito de la campana, en el museo “Maestro Fermín López” de Villa Rica, está una que era de la escuela “Ramón Indalecio Cardozo” por la cual está el nombre del fabricante, lugar en donde se fabricó y, por supuesto, el año 1880; a continuación, transcribimos el grabado “The C.S. Bell Co. Hillsboro O”; igual que esta se encuentra en la escuela Básica Nro. 138 Digna E. Benítez, Mbocayaty, y en la iglesia matriz de Yhacanguasu.
Ytapé. Con los datos señalados más arriba, tras la guerra del 70, las iglesias –la mayoría– quedaron sin campanas, esta fue una de las consecuencias del mencionado enfrentamiento, además el país quedó devastado, sin recursos económicos; por ende, las feligresías se vieron obligadas a buscar la forma de obtener otras para la iglesia. En ese contexto, mencionamos a Ytapé, que fue, seguramente, uno de los pueblos que habían donado para la fabricación del cañón el Cristiano, por tal razón el campanario había quedado vacío y los fieles se vieron obligados a pedir colaboración a fin conseguir otra. En una de las campanas que hasta la fecha permanece en la torre de la Iglesia San Isidro Labrador en el grabado leemos; superior, “Costeada por feligreses año 1879”; en el medio, observamos las esculturas con todos los detalles del crucifijo, imagen de santo, escudo patrio, entre otros los detalles vemos hojas, renglones para trazar las letras y nombre del fabricante José Raffo; inferior, “Para la iglesia de San Isidro Labrador de Ytapé” sic, las otras dos son nuevas y replica a la más antigua.
Es probable que las autoridades de Ytapé habrían intermediados también en la adquisición de la campana más vetusta mencionada, recordemos que en 1872 como juez de Paz de dicho pueblo estaba Ciriaco Barreto, quien fue nombrado para asumir tal cargo el 18 de marzo del año mencionado, becado para estudiar en el Rectorado del Colegio Seminario; en 1876, dicho cargo ocupó Silvio Céspedes; en 1899, Miguel Martínez y entonces como padre de la iglesia San Isidro Labrado trabajaba el presbítero Pedro Juan Aponte, quien durante estaba a cargo de esta iglesia fue nombrado obispo del Paraguay en 1879, año de la fabricación de la campana de Ytapé.
Valga la recordación, en 1875 el padre Aponte bautizó al hijo de su sobrino, Adolfo de la Cruz, en Ytapé. Adolfo de la Cruz Aponte Fleytas, nació en este pueblo, fue destacado intelectual y político, uno de los presidentes de la Academia Paraguaya de la Historia, Asunción 15 de agosto de 1939, entonces su vicepresidente primero fue el reconocido pedagogo guaireño, Ramón Indalecio Cardozo. Estas dos personas doctas trabajaron conjuntamente por y para la educación paraguaya, en 1926 Aponte Fleytas fue Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, además parlamentario.
En la próxima entrega hablaremos sobre las campanas de otros distritos del Departamento del Guairá, incluyendo una que data de 1843, 1863 y de algunas que corresponden a las iglesias del país como de Yaguarón, Piribebuy, Barrero Grande, Santísima Trinidad.