“Como resultado de la reducción de viajes, la menor actividad industrial y la menor generación eléctrica este año debido a la pandemia, se prevé que las emisiones de dióxido de carbono caerán hasta un 7% en 2020", indicó en un informe el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), con sede en Nairobi.
Sin embargo, esa caída “significa sólo una reducción de 0,01 grados centígrados del calentamiento global para 2050", lo que no impide que “el mundo todavía se dirija hacia un aumento de temperatura superior a los 3 grados centígrados este siglo”, lejos del objetivo de mantener esa temperatura por debajo de 2 grados que recoge el Acuerdo de París (2015) sobre la disminución de emisiones.
Esa advertencia figura en la undécima edición del Informe sobre la Brecha de Emisiones del Pnuma, correspondiente a 2020, que compara las reducciones reales con las que hacen falta en la lucha contra el calentamiento de la Tierra.
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El estudio constata que la “disrupción económica” provocada por la crisis del coronavirus “ha desacelerado brevemente -aunque está lejos de haberla eliminado- el efecto histórico y cada vez mayor de la actividad humana en el clima de la Tierra”, que se observa en el incremento de los fenómenos meteorológicos extremos.
Pero “mientras el mundo lidia con los impactos continuos de la pandemia de covid-19, la crisis climática no ha desaparecido”, recordó la directora ejecutiva del Pnuma(también conocido como ONU-Medioambiente), Inger Andersen.
De hecho, el informe apunta que las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero continuaron creciendo por tercer año consecutivo en 2019, cuando alcanzaron un nuevo récord de 59,1 gigatoneladas de equivalente a CO2.
Según el estudio, las emisiones globales de gases de efecto invernadero han subido una media del 1,4 % anual desde 2010, con un avance más rápido del 2,6 % en 2019 debido a un gran aumento de los incendios forestales.
“El año 2020 lleva camino de ser el más cálido que se ha registrado. Los incendios forestales, las tormentas y las sequías siguen causando estragos mientras los glaciares se derriten a un ritmo sin precedentes”, alertó Andersen.