Por Fátima Schulz Vallejos / Foto: Fernando Franceschelli.
El movimiento siempre está presente en nuestras vidas. Nos movemos desde que estamos en el vientre materno hasta que logramos ponernos de pie y caminar. Pero cuando crecemos y nos volvemos adultos, salvo que realicemos alguna actividad física, olvidamos nuestra relación con el movimiento.La esferokinesis trae de vuelta esa experiencia lúdica de movernos y jugar con el espacio y el suelo. Pero, ¿de qué se trata? “Es un método novedoso de educación corporal que se basa en el uso de esferas de diferentes tamaños, colores y niveles de inflado. Esta técnica de trabajo incorpora principios anatómicos y fisiológicos, los cuales la convierten en una experiencia sumamente enriquecedora”, explica Fulvia Bernal, profesora y facilitadora.
El objetivo es explorar variantes de movimiento que ayuden a modificar los patrones posturales, que son los causantes de dolores y lesiones posteriores. “El método está dentro del campo de la educación somática y corporal. Se dirige especialmente a personas con problemas de postura, restricciones o acortamientos musculares, o simplemente a quienes quieran experimentar un trabajo físico diferente”, comenta la especialista.
Terapia lúdica
Esta disciplina surge como un método comprometido con el aprendizaje a partir del cuerpo en movimiento. Se aprovecha la inestabilidad de la pelota para estimular el sentido del equilibrio, de modo a prevenir lesiones y estar más saludables. De ahí que esta práctica sea apta para toda la familia, desde la madre embarazada, pasando por bebés, niños, jóvenes, hasta adultos, ya que es capaz de adaptarse a las necesidades de cada grupo o persona. “Básicamente está dirigida a todos aquellos que sientan la necesidad de hacer una actividad física adaptada, con un abordaje más global e integral; a quienes buscan mejorar, concienciar y reeducar el cuerpo para lograr una mayor y mejor calidad de vida”, resalta la docente.En Paraguay, la esferokinesis es todavía una disciplina incipiente. Bernal —quien realizó un curso de formación en esta especialidad, en Buenos Aires— la está desarrollando aquí desde el año pasado, junto con otra colega. Ella es propietaria de Fulvia Wellness Studio, donde se imparten clases enfocadas en la prevención de lesiones, utilizando la esferokinesis como herramienta principal para todos los tratamientos. Algunos de ellos son: corrección postural, stretching y ejercicios funcionales de estabilidad y equilibrio.
Durante las diferentes sesiones terapéuticas, que por lo general tienen una duración de una hora, con una frecuencia de dos a tres veces por semana, los participantes trabajan la postura, la respiración, los músculos, las articulaciones, el equilibrio, la destreza, el alivio de tensiones y dolores, el desarrollo de la atención y la concentración.
A través de la tranquilidad, el movimiento y el juego, el paciente disfruta del placer de ser sostenido por una gran esfera, ya que la columna se flexiona y se extiende, recupera movilidad y descansa profundamente. Las esferas pequeñas, sin embargo, permiten un trabajo más localizado, liberando tensiones. “Al ser la pelota un elemento inestable, lo utilizamos a favor, a fin de desafiar al sistema nervioso central para que el cuerpo se mueva en diferentes posiciones y planos de espacio. Si bien los aspectos terapéuticos están presentes, damos énfasis a la educación y reeducación del cuerpo en movimiento”, agrega la especialista, quien aconseja que la terapia siempre esté guiada por un docente o facilitador que acompañe el proceso de aprendizaje.
Como verá, aunque para la mayoría de las personas el juego se relaciona solamente con momentos de ocio, también puede ser importante para el movimiento y el desarrollo del cuerpo