Los verdes senderos de un sector del parque están colmados por los enormes tacurúes, nombre que reciben sus nidos.
Según explicó el entomólogo Édgar Gaona, estas hormigas se alimentan de un hongo llamado Pholiota, que crece sobre las hojas y en el pasto.

Cuando hay temperatura elevada, superior a los 20 grados, las hormigas salen de sus nidos en busca de estos alimentos, deteriorando así los empastados y jardines cercanos de la plaza.
La ingeniera agrónoma Rosa Cardozo, del Instituto Agronómico Nacional (IAN), señaló que estos insectos construyen tacurúes en lugares poco transitados, ya sea en terrenos abandonados o en sectores ocultos de plazas y parques.
Procreación. La reproducción de las Atta Spp “nombre científico de las hormigas cortadoras” se da principalmente en los meses de mayo y junio, cuando la hormiga reina pone los huevos.
“Cuando los nidos se elevan sobre la superficie, significa que las hormigas están trabajando para construir sus futuras celdas para la procreación”, comentó la entomóloga.
Estos insectos poseen un par de piezas mandibulares tipo pinzas, con las cuales cortan las hojas y las llevan hasta zonas de depósito de sus nidos.
Los tacurúes pueden tener incluso más de 30 centímetros de altura, según las zonas y antigüedad que posean.
COMBATE. Con respecto al método de combate, la entomóloga Rosa Cardozo dijo que el cebo otorga buenos resultados y son menos tóxicos que los demás venenos utilizados comúnmente.
Por su parte, el entomólogo Édgar Gaona recomendó aplicar el cebo en la boca de los agujeros de los nidos y por el camino que transitan para llegar a éstos.
Los encargados de fumigación del Jardín Botánico señalaron que la próxima semana empezarán a combatir a las hormigas cortadoras, de forma sistemática.