Según la historiadora Diana Viveros, la india Juliana fue una de las tantas hijas de caciques que se vieron sometidas a la explotación servil de los españoles. Juliana contrajo matrimonio con el colonizador Nuño de Cabrera. Una noche, decidió terminar con su suplicio y degolló a su amo-marido. Luego, instó a las demás mujeres a rebelarse también. Es una de las primeras sublevaciones indígenas registradas en esa época.
Sin embargo, la india Juliana tuvo un final trágico. Fue castigada públicamente y condenada a morir en la horca por orden del gobernador Álvar Núñez Cabeza de Vaca. En la actualidad, su figura es reivindicada no solo por su papel histórico en la defensa de los pueblos originarios, sino también como símbolo de emancipación de las mujeres.
Juliana es una de las inspiraciones de Las Kuña, Mujeres Cerveceras del Paraguay, grupo que desde hace un año impulsa el conocimiento y la producción desde una mirada cultural y social. Serafina Dávalos, primera abogada del país, fue su inspiración en 2019.
Las Kuña no solamente buscan visibilizar a las importantes figuras femeninas que vivieron en el territorio nacional e hicieron grandes aportes, sino también recordar que los inicios de la cerveza se dieron gracias a las manos femeninas.
Algunos historiadores y antropólogos ubican su aparición en Sumeria (Mesopotamia), otros en Egipto o en China en 3.000 a.C. Pero si hay algo en lo que están de acuerdo, es que su producción estuvo siempre a cargo de las mujeres.
“Se hacía en las casas y era para mejorar la economía del hogar. En el pasado eran ellas las que cocinaban cerveza, ya que el hombre salía a trabajar”, menciona Nicole Bibolini, ingeniera química y presidenta de Las Kuña.
Las primeras cervezas desarrolladas no eran como las que conocemos ahora, utilizaban ingredientes que estaban al alcance, como raíces, cereales o frutos silvestres.
“Vemos cerveza y pensamos que es de hombres. Queremos cambiar el estigma. Pero si nos fijamos en la historia, podemos constatar que es la mujer la que transmite la cultura”, asegura Marcia Jiménez, sicóloga clínica e integrante del grupo.
Hoy son 40 mujeres de diferentes edades, formaciones e intereses que se juntan para hacer catas, capacitaciones teóricas y prácticas, como también producciones ̶ a nivel casero y artesanal ̶ de este popular líquido.
De espectadoras a protagonistas
Muchas de las integrantes de Las Kuña son esposas de maestros cerveceros, integrantes de la Asociación de Cerveceros Artesanales y Caseros del Paraguay (AcervaPy). Siempre acompañaban a sus parejas a los eventos, compartiendo la pasión, pero en cuanto a la producción, ocupaban un lugar más de espectadoras o ayudantes.
Cuando Laura López Pérez, ingeniera química y primera maestra cervecera del país, les propuso armar su propio grupo, algo se iluminó en las chicas. Desde la idea hasta la primera reunión, pasó solo una semana.
“Y esa fue la primera noche en la que nos sentamos a hablar y conocernos, porque siempre fue de paso. Empezamos a tirar propuestas y la idea de conformar nuestra asociación. Nos juntamos a escribir todo, nunca fue nada improvisado”, recuerda Gabriela Arca, docente e integrante de la comisión directiva del grupo.
El año pasado, además de las actividades del rubro cervecero, se dedicaron a desarrollar un estatuto para conformar la asociación. Tuvieron como ejemplo a las Pink Boots, un grupo de mujeres cerveceras que trabaja a nivel mundial. También se fijaron en otras experiencias de Latinoamérica, y con esa base fueron armando sus propios objetivos y una estructura adaptada a sus fines.
“Tratamos de tener una actividad por mes. Arrancamos con la cocina ahora en febrero y luego en marzo, el evento del 8M (Paro Internacional de Mujeres), con el lanzamiento de esa cerveza. Queremos hacer viajes por el interior, recorrer. Varias chicas en el grupo son de Encarnación, Concepción, Itacurubí de la Cordillera”, detalla Nicole, quien empezó haciendo cerveza casera con un amigo y actualmente trabaja en una cervecería de producción artesanal.
Una experiencia sensorial
Para explicar lo que significa experimentar con la cerveza para ella, Marcia se remite a una escena de Ratatouille, cuando Remy, el personaje principal, cuenta que tiene el sentido del olfato muy desarrollado y es capaz de reconocer cada mínimo ingrediente.
Y es que esta cultura tiene mucho de juegos y estimulación de los sentidos del gusto y el olfato. “Si te gusta el buen comer, te encantará el buen beber. Cuando probás, vas viendo que no es solamente cebada y agua, va mucho más allá”, agrega. Junto a su marido, le gusta cocinar cervezas de estilo belga.
En palabras de Marcia, hay que ser una persona arriesgada para conocer este vasto mundo: “Hay de todos los colores y sabores. No hay que temer, es toda una aventura”.
A Gabriela, el momento que más le gusta de la cocina es cuando se adicionan los lúpulos. “Cada vez que producimos cerveza, tiene un aroma distinto. Por más que a veces se utilicen los mismos lúpulos, para mí siempre tiene algo diferente”, asegura.
Ella evoca la imagen de las brujas mezclando su poción mágica: “Cuando le ponen algún ingrediente y cambia el color, sale el vapor y expide un olor. Me encanta”.
Antes de decidir con qué hierbas les gustaría experimentar, realizan una prueba. Cada una lleva su especia o yuyo de preferencia, realizan té o infusiones y van saboreando. La elección depende de qué estilo de cerveza van a desarrollar.
Por ejemplo, la Serafina que cocinaron el año pasado era una American IPA, con romero, eneldo y salvia. Todas fueron elegidas por sus propiedades para la salud de la mujer. La que presentarán el próximo 8 de marzo es una Kölsch, alemana, una cerveza fácil de tomar, a la que prefirieron no poner ningún agregado ya que es bastante suave.
“Es como el vino: mientras más conocés, más te gusta seleccionar. Ya no tomás por tomar nomás. Es muy lindo ver ese desarrollo en las personas que entran queriendo saber más y se enamoran de todo lo que es el mundo cervecero”, afirma Bibolini.
Una pócima que estrecha lazos
Para Gabriela y su marido, Fernando, cocinar cerveza es una terapia matrimonial. Es un gusto que comparten y que se intensificó cuando vivieron en Irlanda. El amor por esta bebida viene también de las ganas de compartir. Esta actividad les ayudó a ambos a volver a adaptarse a Paraguay y encontrar algo positivo al regreso.
Lastimosamente, no todos piensan como Gaby y asocian la cerveza solamente a un estado de ebriedad, desde una mirada bastante negativa y prejuiciosa. Sin embargo, Las Kuña también quieren derribar esos pensamientos.
“La cerveza artesanal es algo que se degusta. En una noche tomamos como cinco o seis botellitas, entre las 10 que conformamos la comisión directiva. Y la gente dice: ‘Ah, pero entonces no toman’. Lo que pasa es que se sirve en un vaso y cada una va probando un trago. Eso es la cerveza artesanal: compartir, degustar”, refiere.
Gabriela destaca el ambiente que se vive tanto en AcervaPy como en Las Kuña, que es bastante familiar, donde todos están creciendo en cuanto a conocimientos y compañerismo, incluso sus hijos.
“Queremos romper con el mito de que la mujer que toma es una borracha o no es femenina. La mayoría de nosotras somos profesionales y amas de casa, entonces nos enfrentamos a muchos estereotipos”, considera.
Las integrantes además instan a seguir ciertos acuerdos, como no manejar si toman, o beber agua cada tanto para no deshidratarse y disfrutar más tiempo también.
Estas brujas del siglo XXI no solamente mezclan sabores y cocinan brebajes, sino que combinan sus conocimientos para seguir transmitiendo cultura.
Homenaje a la mujer trabajadora
El 8 de marzo, Las Kuña tienen planeado lanzar la cerveza que cocinaron hace una semana: India Juliana. La misma será presentada en un evento especial abierto a todo público, pero dirigido especialmente a las mujeres que quieran conocer más sobre el grupo. El lanzamiento se realizará en la cervecería Sacramento, donde la concibieron. La entrada incluirá una lata de la cerveza y toda la ganancia se destinará a seguir desarrollando actividades.
Más información
Las Kuña realizan constantemente charlas, maridajes, pruebas de cocina, entre otros. El grupo está abierto para las interesadas que quieran formar parte y pueden encontrarlo como @Laskuna_py en Instagram y Kuña Homebrewing en Facebook.
Poema a la diosa de la cerveza
Para los antiguos mesopotámicos, la cerveza era tan importante que crearon una diosa para adorarla. Ninkasi, la señora que llena la boca, es la deidad de la elaboración de la cerveza. Un poeta anónimo le dedicó un poema llamado Himno a Ninkasi, que no solo es una alabanza, sino también constituye una de las recetas más viejas de la historia.