Para los economistas el buen comportamiento de estas cifras son las bases más sólidas para pensar en el desarrollo económico y lograr el bienestar de la población.
Sin embargo, para una gran parte de la gente le cuesta entender en qué le benefician estos números tan valorados y muy bien cuidados, tanto por las autoridades locales como por los organismos financieros multilaterales.
La gente está expectante de sentir personalmente los beneficios de los números macroeconómicos, que hasta ahora pasa desapercibido para la mayoría de los trabajadores y asalariados.
La queja que habitualmente se escucha entre los consumidores es que el dinero cada vez rinde menos. Que en cada compra de los productos para el consumo familiar consiguen menos cosas y cada vez hay que destinar más dinero para satisfacer las necesidades básicas de las familias.
Varios gobiernos ya han hecho el esfuerzo para que los buenos resultados de la economía llegue a toda la población, pero lastimosamente el efecto derrame de los buenos resultados en el sector agrícola o ganaderos llegan solo hasta cierto nivel de la población o dura muy poco tiempo el efecto derrame.
Lo mismo ocurre cuando los sectores comercial e industrial registran repuntes. Las mejores cifras se distribuyen hasta cierto nivel de la población, pero una gran parte de los trabajadores no logran acceder a los mayores recursos que circulan en la economía.
Para que los números macroeconómicos se sientan en el bolsillo de la gente quizás el Gobierno debe aplicar medidas y estrategias más efectivas para que la distribución de la torta económica alcance a la mayor parte de la población.
El gran cuestionamiento es que la mayor parte de la torta se reparte entre un grupo de pequeño de personas, mientras que el resto queda solo como meros espectadores.
Por otro lado, el Ejecutivo debe preparar a la población y darle las herramientas para que puedan aprovechar de manera efectiva la mejor situación económica del país.
Las últimas cifras dadas a conocer por el Banco Central del Paraguay destacan que la actividad económica avanza con fuerza, lo mismo que los indicadores de las ventas y se habla de una inflación controlada. Visto de esta manera todo está muy bien y solo faltaría que la población se apropie de los buenos resultados y se los lleve a sus bolsillos.
Sin embargo, tal situación no es tan fácil. El último informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) revela que hubo un aumento de la cantidad de desempleados. Es decir, hubo personas que antes estaban trabajando, pero que al cierre del primer trimestre ya no lo hicieron.
Estas personas lastimosamente no sentirán las mejoras en su bolsillo, al contrario, es muy probable que se sientan en una situación aún peor que antes.
La suba del tipo de la cotización del dólar es un factor que está poniendo el alerta al bolsillo de muchas personas. El encarecimiento de la moneda norteamericana impacta en los productos que se importan de otros países, bienes que en algunos casos son esenciales para las industrias, para el transporte e incluso para la alimentación.
El BCP está haciendo un gran esfuerzo para mantener el precio del dólar en niveles aceptables, que no afecte tanto los precios internos.
Hasta ahora el Gobierno, pese a grandes esfuerzos, no logra hacer sentir a la gente que la situación está mejorando, lo que produce un desencanto en la población.
Tal parece que el Gobierno tiene bien guardados los buenos resultados económicos lo que dificulta que la población pueda acceder a esos buenos números, de lo que tanto se habla, pero poco se siente.