En fin, la economía avanzó aún en escenarios desafiantes del contexto nacional, regional y mundial. El sector público también realizó sus tareas desde el Gobierno con una dinámica centrada en tres grandes esferas, cada una con su complejidad propia y su impacto directo en el desarrollo del país. La esfera de la gestión de los recursos disponibles sin los que no puede concretarse ningún proyecto del Estado, incrementando la recaudación al ampliar la base de empresas y el control de la informalidad, de las finanzas públicas, el nivel de endeudamiento y la estabilidad del Guaraní ante las demás monedas. Y finalmente en la presentación de un nuevo PGN 2025 a ser aprobado con una mejor utilización de los recursos en áreas importantes para desarrollo del país y con una orientación de cumplimiento de las metas fiscales.
La esfera de la gestión en lo social con un programa orientado a los escolares como Hambre Cero, base de desarrollo integral de los chicos en formación escolar. El foco en mejorar la seguridad nacional ha sido abordado con un plan integral que está ya con su Ley propia y su reglamentación.
Por último, y no menor el esfuerzo de este Gobierno en posicionar al Paraguay en los contextos tanto regionales como mundiales, nos permite continuar con el plan de visibilidad. Y por lo tanto, participar en la captación de inversiones de diferentes sectores empresariales del mundo.
El sector de la sociedad civil como articulador de iniciativas que son vitales en áreas que el Estado no puede atender ha tenido una gran evolución. No podemos dejar de mencionar programas como Teletón, Denide, A todo Pulmón Paraguay Respira, entre otros, han aportado su impacto en la calidad de resolución a problemas que aún tenemos en la agenda del país. En esta área, luego de la ley promulgada de transparencia de las ONG a iniciativa del Congreso, nos enseña que aún nos falta trabajar en construir espacios más sinceros entre las partes. En especial, para acordar objetivos que sean pro-Paraguay y no para atender miedos o intereses de personas individuales.
Debemos poder creer más en lo que hacemos bien y estamos consolidando como país, sin dejar de tener presente lo que nos falta todavía por hacer, por luchar y avanzar. Cuando miro el futuro inmediato, es real que veo que los puntos pendientes en nuestra lista de Navidad hace varios años continúan vigentes, como tener una mayor madurez en nuestras reglamentaciones y alcances de las leyes de modo a conseguir mayor certeza para las inversiones. Aun tenemos mucho que hacer para remover toda la maraña de leyes, decretos, reglamentos que fueron tejiendo lo que hoy consideramos un Estado con una política y burocracia inapropiadas que favorecen la informalidad y la corrupción. ¿Hemos hecho acciones buenas en varios Ministerios? Claro que sí. Pero debemos intensificar las tareas para superar la ambigüedad e informalidad, pasando los procesos a formatos totalmente electrónicos de cumplimientos y de simplificación de trámites. Temas pendientes como ponernos a trabajar en el ingreso formal de divisas de inversionistas con un proceso que sea claro y sencillo es algo crítico para el país.
Las grandes batallas como la calidad de la salud publica, la calidad de la educación son procesos absolutamente necesarios. Tema pendiente como administrar el tráfico de drogas, sea microtráfico o de grandes volúmenes, exige el control eficiente, herramientas y mecanismos para que los grandes grupos criminales, sobre todo presentes en las fronteras con el Brasil, no tengan capacidad de torcer nuestras instituciones con su poderío económico y de extorsión. Paraguay está en evolución positiva y todo depende de que lado lo estés mirando.