Ambos provocan enfermedades respiratorias y aunque comparten diversas similitudes, también cuentan con importantes diferencias.
Contagio y síntomas
Entre las similitudes que tienen estos virus es que ambos se contagian de humano a humano y vía aérea, es decir, a través de gotas en el aire de una persona infectada que tose, estornuda o habla.
Del mismo modo, una persona puede transmitir el virus durante varios días antes de que aparezcan los síntomas.
Asimismo, aunque ambos virus pueden transmitirse de forma muy similar, parece que el coronavirus podría propagarse más fácilmente vía aérea, ya que las pequeñas gotas que quedan en el aire pueden transmitir la enfermedad aunque el contagiado ya no se encuentre cerca.
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Ambos causan fiebre, tos, dolores corporales y fatiga, también pueden provocar vómitos y diarrea, síntomas que pueden ser leves, moderados o graves. Además, de no ser controlados pueden provocar neumonía, lo cual en casos extremos deriva en la muerte.
En cuanto al tratamiento, ninguno de ellos puede ser tratado con antibióticos por lo que el objetivo de tratamiento es para reducir la fiebre y, en casos graves, se requiere hospitalización y ventilación.
Prevención
La forma de evitar contagiarse en ambos casos es la misma. Se puede prevenir realizando un lavado frecuente de manos con agua y jabón o gel antibacterial, evitar el contacto con personas que muestren síntomas de gripe o resfriado, no saludar de beso ni de mano.
Además, se debe implementar el estornudo de etiqueta. Esto es, cubriendo la nariz y boca al estornudar o toser con la parte interna del codo, evitar lugares concurridos si se está enfermo, limpiar y desinfectar superficies y en caso de síntomas acudir de inmediato con el médico.
Para ambos virus, los especialistas recomiendan el uso de máscaras o cubrebocas, aunque la Organización Mundial de la Salud aclaró que es el tipo N95 el más capaz de filtrar 95% de partículas de alta penetración, y por ello, sería el más efectivo para estos casos.
Diferencia entre sus orígenes
Entre las diferencias que se presentan entre el coronavirus de Wuhan o SARS-CoV-2 y la influenza AH1N1 está el tipo de virus, ya que ambos son totalmente distintos.
En 2009, el virus de la influenza empezó en Estados Unidos, pero se convirtió en pandemia en México, y dejó más de 8.000 muertes ese año, siendo un virus que mutó y que tenía una parte porcina, una parte aviar y otra humana.
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En tanto, el coronavirus es un virus de la misma familia que el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave), y que el MERS (Síndrome Respiratorio del Oriente Medio), enfermedades que se transmiten de animales a humanos, pero también tienen capacidad de propagarse entre humanos.
El Covid-19 tuvo su primer brote en la ciudad de Wuhan, China en diciembre pasado y en pocas semanas ya ha logrado propagarse a varios países del mundo.
Uno de ellos aún no tiene vacuna
En cuestión de tratamiento, para la influenza existen medicamentos antivirales para abordar los síntomas, los cuales también ayudan a aminorar la duración de la enfermedad.
Mientras que por el momento, para el Covid-19 no existe aún vacuna disponible, mientras que para la influenza AH1N1 existe una vacuna que ayuda a evitar que la enfermedad se complique.
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La OMS ve viable tener una vacuna contra el Covid-19 en un plazo de 18 meses, según expresó el organismo a mediados de febrero.