El primer argumento de la cartera estatal fue que Catalina Dávalos había fallecido, lo cual ella desmintió personalmente, demostrando que sigue viva. Posteriormente, la excusa fue que estaba asegurada por el Instituto de Previsión Social (IPS), lo cual también demostró ser falso.
Pese a haber presentado todas las pruebas necesarias para desmentir estos errores, la mujer mayor aún no ha podido recuperar su pensión.
Para subsistir, trabaja por las noches, vendiendo comida frente a la humilde vivienda en la que reside, aunque su estado de salud se ha deteriorado debido a una hernia.
“Ahora hay pocas ventas. Anoche vendí apenas dos lomitos y mis medicamentos no puedo más comprar, porque no le puedo exigir demasiado a mi único hijo, que también tiene su familia”, dijo.
Según se pudo percibir, la lucha de Catalina Dávalos, es un claro ejemplo de las dificultades que enfrentan los adultos mayores para acceder a los beneficios que por derecho les corresponden.
A pesar de sus esfuerzos, la burocracia sigue impidiéndole vivir con la dignidad que merece.