Según fuentes, antes de que le pidiera la renuncia, Francisco De Vargas se había reunido con Juan Carlos López Moreira, uno de los hombres más cercanos y jefe del Gabinete Civil del presidente de la República, Horacio Cartes, quien habría dado su conformidad para que le pidan a Ibarra que dé un paso al costado en el Ministerio.
Ya en junio del año pasado, Ibarra estuvo en la cuerda floja cuando salió a la luz una polémica grabación en la que el ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), Luis Rojas, y los senadores Arnaldo Giuzzio y Arnoldo Wiens le habían entrevistado al presunto narcotraficante Ezequiel De Souza y este había confesado que para “trabajar” con tranquilidad pagaba coimas, y entre los que recibían la plata había citado al propio viceministro Javier Ibarra.
“Ante el cuestionamiento a mi gestión, decidí dar un paso al costado”, refirió ayer Javier Ibarra, al ser consultado desde varios medios radiales.
Agregó que no tenía la intención de perjudicar a De Vargas, ya que los últimos hechos derivaron en críticas también hacia la gestión del titular del Ministerio del Interior.
Tal vez uno de los comentarios suyos que más le habría disgustado a De Vargas fue que él “necesitaba de más seguridad”, dicho luego de que le robaran varias armas de su vehículo blindado.