El drama de los perritos. Transmitida por un mosquito, la leishmaniasis es una enfermedad que cuando aparece en la casa, lleva a tomar decisiones cruciales. Tampoco es exclusiva de los animales. Puede afectar igualmente a los humanos, incluso pudiendo ocasionar la muerte.
La enfermedad es transmitida normalmente por un flebótomo (mosquito) conocido comúnmente en Paraguay como karachã.
Una vez que el animal ha sido infectado, la leishmaniasis ya no tiene cura. Los tratamientos que se llevan a cabo apuntan a la sobrevida del animal infectado.
“Hay muchísimos casos d leishmaniasis visceral canina. Por eso es importante que el diagnóstico de esta enfermedad sea parte de la rutina de los cachorritos de las familias. Por lo menos una vez al año”, recomienda la doctora Lorena Jara, directora del Centro Antirrábico Nacional (CAN).
El testeo debe ser anual. Solo a través de dicha manera puede llegarse al diagnóstico de la enfermedad. No es posible realizar un análisis certero a través de métodos clínicos, aclara.
Cuando se constata un caso positivo de la enfermedad, se procede a realizar la búsqueda activa en la zona. De esa manera se realiza la búsqueda de más afectados.
Humanos. La enfermedad no es exclusiva, además, del perro y otros mamíferos. También afecta a los humanos.
Hay dos tipos de leishmaniasis. Esta puede ser visceral o tegumentaria, explica el doctor Fernando Núñez, responsable del Programa Nacional del Control de la Leishmaniasis del Senepa.
La diferencia entre un tipo y otro de la enfermedad tiene que ver con el ambiente en que se desarrolla. La visceral afecta a los órganos internos y es propia de zonas urbanas.
La tegumentaria es la que causa lesiones en la piel. Como las llagas no duelen, se mantienen mucho tiempo en el paciente. Este tipo de enfermedad es más propia de los ambientes rurales.
“La visceral es potencialmente mortal si no se trata, la tegumentaria ocasiona mutilaciones que van en aumento”, describe Núñez al hablar de casos en humanos.
Cuenta que se tuvieron pacientes que llegaron con lesiones bastante avanzadas en su cuerpo. “Presentaban pérdida del cartílago nasal, incluso dentro del aparato de fonación”.
La estadística que maneja el Senepa señala que en lo que va del 2022 se confirmaron 44 casos positivos de leishmaniasis en humanos. Los pacientes están siguiendo su tratamiento y algunos ya lo culminaron.
Áreas. La directora del CAN comenta que el vector transmisor se encuentra en la materia en descomposición.
“Estos serían los yuyales, en donde hay muchos árboles frutales y las frutas caen. Esos puntos de multiplicación del vector son los que se tienen que atacar”, señala.
El referente del Senepa también hace la misma recomendación. La limpieza del domicilio y los alrededores es fundamental para evitar la multiplicación del mosquito.
El uso de repelentes para animales es también un gran aliado para evitar que el vector consiga transmitir el parásito.
Ambos profesionales dejan en claro lo siguiente: La leishmaniasis no tiene cura. Lo que se puede hacer, una vez que se le ha detectado la enfermedad al animal, es llevar adelante un tratamiento paliativo para su sobrevida.
“Mejora la calidad de vida del animal y podría prolongar su vida. Pero no se cura”, dice la doctora Jara.
El sector privado cuenta con vacunas para disminuir el riesgo de que el animal contraiga el virus. Se puede aplicar a partir de los tres meses de edad del cachorro.
“El área de salud pública no contempla la vacunación contra la leishmaniasis. A nivel regional no se toma esa determinación”, explica la directora del CAN.
No existen síntomas específicos de la enfermedad, aclara la doctora.
Aventurar un diagnóstico sin un resultado laboratorial puede generar la estigmatización de la mascota.
“Por eso les abandonan en el mercado, la calle. Les ven con uñas largas y dicen que ya tienen leishmaniasis y eso no es así. Por eso es importante el análisis de rutina una vez al año y a partir de ahí tomar las decisiones correspondientes”, especifica la responsable del Centro Antirrábico.
CONTROVERSIA. Todo tratamiento que se realice al perro que ha sido diagnosticado con leishmaniasis será paliativo.
Sin embargo, el riesgo de contagio seguirá, ya que el parásito está presente en su organismo. Más aún si el vector se encuentra en las cercanías o en la misma casa
Núñez pone el dedo en la llaga al decir que en caso de que la mascota tenga leishmaniasis, se debe poner en la balanza el conservarlo o no.
El riesgo es mayor si en el hogar se tienen personas con una condición de salud delicada.
Sin insumos para el diagnóstico
En lo que va de este año, el Centro Antirrábico Nacional (CAN) no cuenta con estadística de la cantidad de casos, ya que no se realizaron diagnósticos por la falta de insumos. La directora Lorena Jara comenta que esta semana ya contarán con los elementos para realizar la tarea. Explica que la falta se debió a las licitaciones declaradas desiertas por falta de oferentes. El problema es a nivel regional, asevera.
Es importante que el testeo para el diagnóstico de esta enfermedad se lleve adelante por lo menos una vez al año. Lorena Jara, directora del CAN.