Alex, Mabel y Aníbal son alumnos de la especialidad de Electricidad del Colegio Técnico Nacional. Como la mayoría de los estudiantes de colegios técnicos invierten demasiado tiempo en la creación de planos a mano, pensaron en un dispositivo que elabora estos planos con el uso de la tecnología.
El trabajo ganó un concurso nacional para competir en un mes con otros cientos de proyectos de jóvenes latinoamericanos en Colombia.
Pero los chicos no podrán viajar porque no tienen recursos. Sí, leyó bien, se ganaron la oportunidad de representar a la educación del país, pero como no tienen dinero para los pasajes y la estadía, no podrán viajar hasta el país caribeño.
Los alumnos, de todos modos, siguen participando en competencias locales. Hasta mañana exponen en la feria tecnológica que se desarrolla en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús (Salesianito).
Esta es una situación muy particular, pero que dice mucho del abandono del Estado en materia educativa, más allá de la propaganda oficial actual. El MEC está lejos de la gente y le queda mucho por hacer.
Como motivación a su esfuerzo, bien se podría financiar el viaje de estos tres jóvenes a Colombia.
Una docente destacó hace poco el valor que tiene para los secundarios el poder viajar al exterior y verse con sus pares de otras tierras. “Vuelven con otra mirada y con más experiencia para enfocarse en el futuro próximo, sea en el trabajo o en la universidad”, aseguró.
La verdad es que los jóvenes no están reclamando ni pidiendo asistencia estatal para participar del certamen, pero sería una buena iniciativa de parte del Ministerio financiarlos. O, por lo menos, buscar apoyo de alguna manera.
Los alumnos del CTN y de otras instituciones educativas con especialidades técnico-industriales también deben afrontar cada jornada de su formación con equipos obsoletos que fueron adquiridos hace más de 30 años en algunos casos.
El abandono estatal se ve también en otras escuelas públicas, que deben esperar donaciones de fundaciones religiosas para seguir adelante.
Esto ocurrió el mes pasado en la escuela Juan León Mallorquín, de Sajonia.
Luego de tres años de reiterados pedidos a ministros, intendentes, directores generales, de nivel y concejales, fue la Fundación Hefy, perteneciente a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la que se encargó de las refacciones edilicias.
Así hay todavía más de 3.300 instituciones educativas en mal estado.
El abandono se observa también cuando el Estado no cumple con sus docentes, que permanecen por meses en el Banco de Datos Elegibles, esperando ser nombrados en cargos vacantes.
Ni hablar de los más de la mitad de educadores que no recibieron todavía los cursos de actualización.
Es interesante destacar, por otro lado, parte de la conferencia de prensa que brindó ayer el ministro de Educación, Eduardo Petta.
Indicó que dejarán toda la investigación sobre los rubros docentes en manos de políticos a la Unidad de Transparencia y Anticorrupción del MEC, a cargo de José Casañas Levi. Mientras, prometió ocuparse de otras cosas más importantes, como los dos proyectos mal gestionados por la administración de Enrique Riera, todas obras con recursos del Fondo de Excelencia.
Además, queda ver qué pasará con la reforma educativa, que por ahora parece estar en un segundo plano.