En un mundo tan globalizado como el que hoy vivimos, si queremos saber qué leer, nos fijamos en las redes. Así de simple y emocionante, ya que están repletas de nuevas ideas que nos tientan a descubrir.
Sin embargo, acercarnos a la oferta internacional muchas veces sucede en detrimento de la local. Para equilibrar la balanza, hoy queremos hacer un recorrido breve por la literatura paraguaya escrita por mujeres. ¿Nos acompañás?
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De cuándo se publicó la primera voz femenina en papel
Aunque en el siglo XIX las mujeres en Paraguay tenían un acceso muy limitado a la educación y, por ende, a la escritura, es imperante destacar a Teresa Lamas Carísimo de Rodríguez-Alcalá (1887-1976). Delfina Acosta, escritora paraguaya contemporánea, sería quien recurrentemente pondría el reflector sobre ella para sacarla del olvido.
Su historia es fascinante, ya que recopiló los testimonios de cientos de vivencias de la Guerra Grande —que probablemente se hubieran perdido— y las plasmó en Tradiciones del hogar (1921). Es, además, la primera que escribió un libro en Paraguay.
Como destaca Ricardo Caballero Aquino en Gente que hizo historia, “la gran contribución de Teresa Lamas Carísimo fue dejar asentadas por escrito las crónicas de las familias patricias que se convirtieron en el arquetipo de nuestro sentido de nacionalidad, tan apropiadamente hispana en orígenes y paraguaya en resultado”.
En esta época, la Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870), llamada también Guerra Grande, dejó al Paraguay devastado y con una población mayormente femenina, lo que influiría en la literatura de las siguientes generaciones.
De la poesía y la narrativa entre 1900 y 1950
Este periodo estuvo marcado por el nacionalismo y la consolidación de la identidad cultural tras la Guerra del Chaco (1932-1935). Y fue entonces cuando surgieron las primeras escritoras reconocidas, muchas influenciadas por el modernismo y el romanticismo.
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Josefina Plá (1903-1999)
De origen español y radicada en Paraguay, fue clave para la literatura paraguaya. Publicó poesía, teatro, cuentos y ensayos sobre la historia y los derechos de las mujeres. Además, fue ceramista, crítica de arte y periodista.
Es una de las principales representantes de la Generación del 40, de gran destaque dentro de la poesía paraguaya. Su obra se estudia a nivel internacional junto a la de Gabriela Mistral y Alfonsina Storni, para dimensionar su influencia.
Entre sus obras recomendadas están La raíz y la aurora (1960), explora la búsqueda de identidad, la historia y la memoria; Aquí no ha pasado nada (1965), relatos breves que abordan el papel de la figura femenina en la sociedad paraguaya, la soledad y la represión política; y El polvo enamorado (1984), novela que sigue la vida de una mujer atrapada en una relación de opresión y dolor, que busca su emancipación.
Dora Gómez Bueno de Acuña (1903-1987)
Poeta, docente, periodista y actriz radial. ¿Lo que la hizo resaltar? Fue la primera en escribir poesía erótica con Flor de caña (1940). Dice Josefina Plá, en Voces femeninas en la poesía paraguaya (1982): “El resto de su obra continúa esta línea, por lo que puede considerársela como la única representante caracterizada de dicha vertiente en la literatura femenina paraguaya”.
Algunas de sus obras posteriores son Barro celeste (1943), Luz en el abismo (1954), Vivir es decir (1977) y Antología (1985).
De la dictadura y resistencia literaria (1950-1989)
Durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), muchas escritoras abordaron temas de represión, violencia y derechos humanos con un estilo simbólico.
Renée Ferrer de Arréllaga (1944)
Es una de las voces más reconocidas de la literatura paraguaya. Su obra aborda la memoria histórica, la dictadura y la identidad femenina. Fue traducida al albanés, alemán, árabe, francés, guaraní, inglés, italiano, portugués, sueco y rumano. En 2011 obtuvo el Premio Nacional de Literatura por su poemario Las moradas del universo.
En Los nudos del silencio (2000) habla sobre el abuso infantil y la violencia de género en Paraguay. La protagonista, Ana, revive sus traumas de la infancia mientras intenta encontrar su voz y superar el dolor. Es una novela intensa y conmovedora que denuncia el silencio social ante estos temas.
El resquicio (1988) es una novela que trata sobre la dictadura de Stroessner y sus efectos en la vida de los ciudadanos. A través de sus personajes, Ferrer muestra la represión política y el sufrimiento del pueblo paraguayo.
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Raquel Saguier (1940-2007)
Como la censura limitó la publicación de obras críticas con el Gobierno, optó por usar la metáfora y la literatura simbólica para expresar su disidencia. De hecho, su obra más conocida, La niña que perdí en el circo (1987), traducida al francés y al portugués, aborda la dictadura de Stroessner, la violencia y la pérdida de la inocencia de una manera alegórica. La protagonista sufre abusos y represión, lo que la lleva a perder su «sombra», metáfora de su identidad y libertad.
Fue socia fundadora de la Sociedad de Escritores del Paraguay, y la destaca que su obra en general tiene el hilo conductor de una fuerte crítica a la sociedad paraguaya, en especial a las clases media y alta en Asunción.
De la diversidad y el rescate del guaraní: 1990 en adelante
Con la caída de la dictadura en 1989, la literatura escrita por mujeres se diversificó en temas y estilos, e incluyó obras en guaraní.
Susy Delgado (1949)
Periodista, escritora bilingüe (guaraní-español) y traductora que ha sido, por esto mismo, clave en la promoción de la literatura. Su libro Ayvu membyre (1999) es un ejemplo de su compromiso con la lengua; en él reflexiona sobre la identidad nacional, la naturaleza y la cosmovisión indígena. Es también un intento de preservar y reivindicar la lengua nativa a nivel literario.
Además del Premio Nacional de Literatura 2017, ha recibido galardones nacionales e internacionales como el Cide Hamete Benengeli, de la Universidad Toulouse Le Mirail y Radio Francia Internacional, en 2005.
Delfina Acosta (1956)
Ha sido reconocida por su poesía lírica y sus relatos cortos. Su poemario Todas las voces, mujer (2004) refleja su visión feminista y su sensibilidad hacia la vida cotidiana, que celebra su experiencia en Paraguay y toca temas como la maternidad, la sensualidad y la lucha por la igualdad. En Versos de amor y de locura (2007) se fusiona también la melancolía para hablar sobre el amor, la pasión y el desamor.
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Susana Gertopán (1956)
Los temas recurrentes que aborda son la migración, el exilio, la búsqueda de la identidad, la violencia ejercida desde el poder, la necesidad de recuperar la memoria individual y colectiva, así como de mantenerla y transmitirla a las siguientes generaciones.
Como señala Pilar Iglesias Aparicio en un artículo sobre la relevancia de las escritoras paraguayas, “Gertopán es la narradora por excelencia del exilio y, más concretamente, de la historia de la población paraguaya de origen judío. Partiendo, en gran parte, de su propia experiencia como descendiente de inmigrantes desplazados de Rusia, Polonia y la actual Lituania poco antes de la Segunda Guerra Mundial, reconstruye fielmente el sufrimiento de la primera generación que vivió la persecución, el exilio y, en muchos casos, la tortura en los campos de concentración, lo que los lleva a aferrarse a tradiciones y recuerdos para mantener su identidad. De ello es buen ejemplo su primera novela, Barrio Palestina, retrato del barrio judío de Asunción donde se crió”.
Algunos títulos recomendados de su obra, además de Barrio Palestina (1998), son La casa de la calle 22 (2020), por la que obtuvo el Premio de Literatura en 2021, y Donde habita el silencio (2024).
Mónica Bustos (1984)
Su obra se caracteriza por su estilo crudo, oscuro y atrapante. Es una de las escritoras paraguayas contemporáneas más destacadas en el género de novela negra, la ciencia ficción y el terror. Explora la marginalidad, la violencia y los aspectos más siniestros de la sociedad. Su novela Chico Bizarro y las moscas obtuvo el I Premio Augusto Roa Bastos de Novela y fue publicada por Alfaguara en el 2010. Mientras, en Novela B (2020), de Obscura Editorial, explora el terror en la tradición de la serie B para construir una narración intensísima, repleta de intrigas descarnadas y escenas paródicas.
Estas son solamente algunas de las voces que nos llevan a recorrer brevemente la evolución de la literatura escrita por mujeres desde el siglo XIX hasta el siglo XXI en el país. Actualmente, las escritoras ya no solo exploran la historia e identidad del Paraguay, también destacan el segundo idioma oficial, el guaraní; invitan a reflexionar sobre la realidad desde distintas perspectivas y se aventuran a incursionar en géneros aún no tan explorados históricamente en la narrativa nacional.
Por Jazmín Gómez Fleitas.